El presidente de la Asociación de Empresas Industriales de Herrera y provincia Santo Domingo (AEIH) deploró que las políticas del Estado dominicano en materia de sostenibilidad ambiental sean ambiguas o inexistentes.
Antonio Taveras Guzmán se pronunció en esos términos durante una reunión con el Premio Nobel de la Paz 2007, el hindú Rajendra K. Pachauri, junto a miembros del Consejo de Pasados Presidentes de la AEIH.
Reconoció que el Ministro de Medio Ambiente, Francisco Domínguez Brito, hace respetables esfuerzos de manera individual con resultados palpables, pero hace falta una estrategia concatenada y sistémica, que además cuente con apoyo político al más alto nivel para su aplicación.
Pachauri es reconocido por sus aportes desde el Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático, organismo que presidió hasta 2015 y que en 2017 fue galardonado con el Premio Nobel junto a Al Gore, ex vicepresidente de Estados Unidos.
“En momentos en que las naciones desarrolladas reconocen y buscan soluciones a los efectos del cambio climático sobre el planeta, así como a la situación de insostenibilidad del actual ritmo de consumo y depredación de recursos naturales, el país acusa un gran rezago en esos aspectos”, sostuvo.
Taveras Guzmán fue acompañado en la reunión por los ex presidentes de la AEIH Víctor Castro, Jesús Moreno, Manuel Cabrera y por la directora ejecutiva de la entidad empresarial, Greicys Romero.
Manifestó que en este año, mientras las autoridades dominicanas hablan a la ciudadanía de un aumento de la capa boscosa hasta llegar al 39% del territorio, un estudio de Universidad de Maryland desmontaba esas afirmaciones y señalaba que, al contrario, entre 2000 y 2014 el país perdió 1,536 kilómetros cuadrados de bosque.
“La depredación progresiva de bosques y el crecimiento urbano y agrícola sin ningún tipo de ordenamiento ocurre en República Dominicana ante la mirada pasiva de las autoridades”, reflexionó Taveras Guzmán.
Advirtió que nadie en en el país sabe cuál es la política concreta del Estado frente a los riegos de la mega minería o , por ejemplo, el uso de cianuro para el procesamiento de oro y otros metales.
“Igualmente, resulta paradójico que mientras en el mundo se estén desmontando las plantas de generación eléctrica a carbón el Gobierno dominicano incurre en la aventura de construir dos generadores a base de este combustible de alto impacto negativo en el ambiente”, expresó.