LA CORUÑA (España) (EFE). El Deportivo infligió ayer un duro golpe al Real Madrid en el estadio de Riazor gracias a los goles de Diego Tristán y Joan Capdevila, que pueden poner la Liga en bandeja al Valencia si los levantinos se imponen al Betis en Mestalla.
Los coruñeses no jugaron con su once de gala por la histórica cita del próximo martes ante el Oporto, pero Irureta alineó a un equipo muy competitivo que puso contra las cuerdas a un Real Madrid al que le faltó efectividad y que jugó con diez a partir del minuto 41.
El encuentro tuvo una alta dosis de emoción y de tensión desde los minutos iniciales. El Real Madrid pisó la alfombra de Riazor consciente plenamente de que la Liga pasaba por el estadio blanquiazul, que ensayó el ambiente al que va a tener que hacer frente el Oporto el próximo martes en la Liga de Campeones.
Fue el primero de los dos llenos consecutivos que va a registrar el coliseo blanquiazul. Javier Irureta quería calentar a la parroquia deportivista para el duelo histórico de la máxima competición continental, y el público respondió animando incesantemente a su equipo y transformando el estadio gallego en un infierno para los merengues, especialmente para el indultado Figo, que fue el jugador más abucheado por la parroquia herculina.
El técnico blanquiazul planteó el encuentro con un alineación mixta, con cinco titulares habituales (Molina, Andrade, Mauro Silva, Sergio y Luque) y otros seis futbolistas que son menos asiduos en sus alineaciones, pero que no bajaron, ni mucho menos, el nivel normal del equipo.
Y es que el Deportivo, primado o no, se olvidó de Europa para plantar batalla a los de Carlos Queiroz. Los coruñeses adelantaron su línea defensiva y apostaron por el cara a cara con los madrileños, algo que aprovecharon los blancos para intimidar a los pupilos de Irureta en los primeros compases.
Sin embargo, el Real Madrid perdonó al Dépor. Le faltó la efectividad que tanto le caracteriza. Tuvo llegada, pero no acierto, una circunstancia anómala en un equipo cuya principal característica es la eficacia de su artillería. Y eso que Queiroz recuperó a Ronaldo para el encuentro de Riazor, pero ni con esas.
El conjunto madrileño comenzó pronto a controlar la posesión del esférico y a disponer de oportunidades para adelantarse, pero fue incapaz de batir a Molina. Primero, el cancerbero del Deportivo y su poste derecho sacaron un remate de Cambiasso a los seis minutos, después Michel Salgado disparó alto, y más tarde, en el ecuador del primer periodo, Ronaldo, libre de marca, no llegó a un centro de Figo.
Y en esas estaba el Madrid, dueño del balón y del partido, cuando el Dépor lanzó un contraataque tan fulminante como letal, que cogió desprevenido a los visitantes. El brasileño Djalminha, que dio una lección de fútbol, abrió el balón a Sergio, el catalán disparó a Casillas, que despejó el esférico, y Tristán aprovechó el rechace para poner en ventaja a los gallegos antes de la media hora de juego.
Pese al tanto, los madrileños no se amilanaron, pero se encontraron con los postes de la portería gallega, que se aliaron con sus dueños para evitar que los visitantes igualaran la contienda. El poste izquierdo de Molina desvió un disparo de Ronaldo diez minutos después del tanto coruñés, y el larguero hizo lo propio con un remate de Raúl a dos minutos del descanso.
Para entonces, el Real Madrid era ya sabedor de que tendría que disputar la segunda mitad en inferioridad numérica, algo que empieza a ser usual, por una justa expulsión del francés Zinedine Zidane en el minuto 41.
Los blancos continuaron con la puntería desajustada en la segunda mitad. Tras la reanudación, Ronaldo y Raúl volvieron a indultar a los deportivistas, aunque también recibieron la amnistía de los locales, en una contra en la que Diego Tristán, que pareció reencontrarse a sí mismo ante el Madrid, se entretuvo ante Casillas.
Una vez que los madridistas se fueron apagando, consecuencia de una profunda desmoralización, el Deportivo, beneficiado además por la superioridad de efectivos, comenzó a bailar a su rival al ritmo de la samba marcada por Djalminha.
Era el preludio de la sentencia deportivista, que llegó a los 69 minutos de partido, con un golazo del catalán Joan Capdevila. El lateral izquierdo del Deportivo sorprendió a Casillas con un soberbio lanzamiento de falta, desde unos treinta metros, que se coló como una exhalación en la meta madrileña para deleite de los aficionados coruñeses, que respondieron haciendo la ola.
2 – Deportivo: Molina; Héctor, Pablo Amo, Andrade, Capdevila; Sergio (Duscher; m.68), Mauro Silva; Scaloni, Djalminha, Luque (Munitis; m.52); y Tristán (Pandiani; m.83).
0 – Real Madrid: Casillas; Salgado, Pavón, Raúl Bravo, Roberto Carlos; Beckham (Solari; m.62), Cambiasso; Figo, Raúl, Zidane; y Ronaldo (Portillo; m.75)
Goles: 1-0; m.29, Tristán. 2-0; m.69, Capdevila.
Arbitro: Rodríguez Santiago; del Colegio castellano-manchego. Expulsó por doble amonestación al jugador del Real Madrid Zinedine Zidane (m.41). Asimismo, mostró tarjeta amarilla a Andrade (m.4) y Djalminha (m.37), por parte del Deportivo; y a Beckham (m.34), Michel Salgado (m.34) y Ronaldo (m.60), por parte del Real Madrid.
Incidencias: encuentro correspondiente a la trigésimo quinta jornada del Campeonato Nacional de Liga, disputado en el estadio municipal de Riazor, que completó su aforo.