La Coruña (España), (EFE).- Un polémico penalti del italiano Amadeo Carboni sobre Capdevila en el tramo final del encuentro permitió al Deportivo de La Coruña tomar una ligera ventaja (1-0) en la eliminatoria con el Valencia, que pagó con la derrota, las excesivas precauciones con las que jugó en Riazor.

La lesión de última hora del central portugués Jorge Andrade restó calado a la revolución planeada por el técnico deportivista, Joaquín Caparrós, que tuvo que recurrir al renqueante Aldo Duscher para completar la medular.

La presencia del internacional argentino en el doble pivote permitió a su compatriota Fabricio Coloccini jugar finalmente como central, pese a que la intención inicial de Caparrós era que el argentino conformará pareja de medio centros con el canadiense De Guzmán.

No obstante, el enfado mostrado por el técnico andaluz tras la última derrota ante el Alavés (0-2) y la demostración de que no está dispuesto a hacer ninguna concesión a la relajación, aunque ello implique dejar fuera a hombres de peso en el equipo, hizo reaccionar a los gallegos.

Al menos eso pareció en el arranque de partido en el que los blanquiazules se adueñaron del juego, eso sí con el permiso del Valencia, muy cómodo en su papel de visitante, aunque sin crear excesivo peligro.

Tan sólo un tiro lejano de De Guzmán a los quince minutos de juego puso en apuros al meta levantino Mora, bien guarecido por una zaga en la que regresaba, tras mucho tiempo ausente, el veterano italiano Amadeo Carboni.

Más peligro mostró el Valencia, que pudo adelantarse en el marcador en dos remates consecutivos de Regueiro, el primero a centro de Rufete en el que el uruguayo obligó a lucirse a Molina, y el segundo en la jugada inmediatamente posterior, en un cabezazo que le salió excesivamente picado al valencianista.

Lo más transcendente de la primera mitad fue, sin embargo, la expulsión del deportivista Duscher por una fea entrada con los dos pies a Albiol, que dejó a los coruñeses con un hombre menos, y lo más importante, sin un organizador, a los treinta y siete minutos de juego.

Sorprendentemente Caparrós no efectuó ningún cambio tras la marcha de Duscher, lo que dejó la manija del equipo en las botas de De Guzmán, que no jugaba de medio centro desde que lo hiciera en la Copa Intertoto durante la pretemporada.

Una circunstancia, que curiosamente el Valencia pareció no querer aprovechar, pues los de Quique Sánchez Flores encararon la segunda mitad con las mismas precauciones con las que iniciaron el encuentro, convencidos de sentenciar la eliminatoria la próxima semana en Mestalla.

Como tampoco aprovechó el cuadro levantino la presencia en la banda izquierda del ataque gallego del jerezano Enrique Romero, que sustituyó al lesionado Iván Carril, al cuarto de hora de la segunda parte.