Deportaciones: un aporte al aumento de la criminalidad

Deportaciones: un aporte al aumento de la criminalidad<BR>

Debemos recibir como dominicanos que son, la inmensa ola de deportados que regularmente nos envía el Servicio de Inmigración y Aduanas de los Estados Unidos de América, por haber cumplido la pena a las que los tribunales de ese país los condenaron; sea por narcotráfico, asaltos, asesinatos, extorsión, fraudes bancarios, clonación de tarjetas de créditos, estafas, secuestros, violaciones y otros delitos considerados federales.

   El peligro más grande para la ciudadanía dominicana lo constituye el grado de habilidades mañosas que estos deportados han aprendido y practicado, al extremo que sobrepasan los conocimientos y las destrezas de nuestros cuerpos policiales, al utilizar técnicas y equipos sofisticados para cometer sus fechorías.  Veamos un ejemplo.

    Una amiga que vive en una de las torres en Naco -en donde para entrar hay que identificarse con el portero- tenía un vehículo Mercedes Benz con el sistema de tranca palancas israelí Multilock instalado.  Se presenta en la puerta un “mecánico” con un mono azul con un escudo estampado de Mercedes y un carrito de los que se utilizan para acostarse debajo de los vehículos.  Le dice al portero, vengo a reparar el carro de la señora que está en el estacionamiento del edificio.  Se acuesta, había trabajado en una empresa que montaba el equipo de seguridad señalado, lo desmonta y con una calma espartana le dice al portero: “favor ábrame el portón que voy a probar el carro”.  Se pueden imaginar que pasó.  Hasta el sol de hoy no se ha vuelto a saber del costoso vehículo.

   Este año, según las autoridades de Migración, hasta ahora, ya suman 1,312 los deportados.  Cuando es un gran contingente, llegan en vuelos chárter acompañados por agentes federales que los entregan a las autoridades dominicanas de Migración, las cuales los transportan en autobuses hasta la Dirección General en donde son depurados y si no tienen asuntos pendientes con la justicia dominicana, son entregados a sus familiares.  Lo malo del caso es, que esto sucede regularmente dos veces al mes.

   ¿Qué sucede con la mayoría de ellos?  Que al no encontrar trabajo por su pasado delincuencial, se dedican a cometer desmanes, como son atracos, venta de sustancias prohibidas, estableciendo y peleándose por los denominados “puntos de drogas”, y los más habilidosos, se las ingenian para retornar a los Estados Unidos de América, vía yola a Puerto Rico, o cambiándose de nombre y comprar un pasaporte para hacer una operación que le denominan “machete”, consistente en poner su foto y su nueva identidad.

   Hay alguno de estos deportados, que son liberados antes de cumplir su condena por las autoridades estadounidenses que consideran una onerosa carga el mantener este tipo de delincuente en sus cárceles.  Entonces, nuestras autoridades de Migración deberían establecer un acuerdo con las judiciales, para que ese convicto cumpla el resto de la sentencia a la pena que fue condenado.  De ese modo, el individuo podría ser habilitado en nuestras cárceles Modelo y salir de ellas como un ciudadano útil para la sociedad en la cual tendrá que convivir.

   Por supuesto, en ningún momento debemos reprocharle o enrostrarle a las autoridades norteamericanas el derecho que tienen a deportar los ciudadanos de otros países que no cumplan con las leyes estatales.  Ahora bien, tampoco las autoridades de ese país deben acusar al nuestro cuando en el ejercicio de nuestra soberanía, deportamos a, no sólo los ilegales haitianos, sino todos aquellos extranjeros indeseables que creen, que como Dominicana es un paraíso turístico, pueden burlar la persecución de la que son objeto en su propio país y esconderse bajo el disfraz de inversionistas en nuestras ciudades y campos.

   En varias ocasiones, hemos venido en un vuelo en el que traen esposados a deportados en la parte trasera de la cabina.  Es denigrante esta exhibición, así como el de llegada a destino en donde regularmente esperan policías y oficiales de migración.  ¡Que espectáculo más vergonzoso y discriminatorio!

   Creemos que el Gobierno Dominicano está abocado a solicitar ayuda internacional para mitigar el impacto negativo que esas deportaciones suscitan en la comunidad internacional.  Además, se debe establecer un sistema en que los deportados deban asistir obligatoriamente a un centro de rehabilitación que los ayude a insertarse de nuevo en la sociedad, de los cuales solo deben excluirse  aquellos que sin cometer delito, se fueron con papeles falsos, en yolas o de polizones, detrás del sueño norteamericano

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