Hoy 
DISTRITO NACIONAL.-
Los hombres emblemáticos y que dejaron sus huellas latentes en el deporte no mueren. Su recuerdo es eterno.
Eso quedó de manifiesto con el homenaje que fue objeto el Inmortal del Deporte, Virgilio Travieso Soto, al conmemorarse el pasado sábado los 35 años de su fallecimiento.
Un grupo de ex-atletas, glorias del deporte y personalidades que han forjado en letras de oro la historia del baloncesto y el deporte dominicano a partir de los años 50 del siglo pasado, recordaron el sábado al llamado padre de este deporte, don Virgilio Travieso Soto.
La convocatoria fue hecha por “Grupo 60 del Baloncesto”, conformado por baloncestistas, árbitros y anotadores, hombres y mujeres, de las décadas de 1960 y 70, organizado con la finalidad de agrupar a todos los deportistas que hayan contribuido al desarrollo del basket en el país y cuyo primer reconocimiento, fue este. Recibió un cálido respaldo para depositar una ofrenda floral en el busto que identifica el Palacio de Deportes de Santo Domingo, nombrado en homenaje al educador, dentro y fuera de aulas y canchas, profesor y director de Educación Física en escuelas y colegios, forjador de hombres con alta moral, como reza otro de sus apelativos: “Centinela de la juventud”.
A 35 años de su desaparición física, el homenaje inició con el himno de Reyes y Prod’Homme, que cargados de fervor, un 95% de los presentes acompañó de viva voz a la interpretación grabada. Andrés Vanderhorst condujo la ceremonia en compañía de quienes conformaron el “Grupo 60”: Héctor Roomer, Marcial Romero, Faisal Abel, Francisco Martínez, Julio Mon Nadal, Felo Estrella, los hermanos Luis y Roberto “Bebeto” Reyes Corcino, entre otros.
Roomer dio la bienvenida a lo que llamó “este gratísimo momento de ver estas personalidades que vivieron con nosotros ese amor por el baloncesto” que guió Travieso.
En el auditorio estaban los entrenadores Humberto Rodríguez, Alejando Abreu, Fernando Teruel, Leandro de la Cruz, Alejandro Tejeda, de la última generación José –Boyón- Domínguez y los herederos imberbes de esas figuras: los altos muchachos de la selección U-16, que en Argentina acaba de clasificar al Mundial de la categoría.
Marcial Romero recreó la forja de jugadores de las décadas de 1960 y 1970 por parte del venerado profesor, “el que puso la plataforma del basket criollo”.
