LA CORUÑA (España). (EFE). El Deportivo de La Coruña dejó anoche al Celta con pie y medio en Segunda División tras endosarle un 3-0 en el partido que cerraba la campaña de los blanquiazules en Riazor esta temporada. Ahora, los vigueses tienen que esperar a que el Espanyol no venza en Mallorca para llegar con opciones a la última jornada.

En la primera mitad, los locales dejaron el encuentro visto para sentencia logrando los tres goles antes de la media hora de juego, obra de Sylvinho en propia meta, Pandiani y Munitis. Al Celta, que se vio sorprendido por el ímpetu de los coruñeses, le pudo la presión en todo momento.

Ambos equipos iniciaron el choque con la intensidad propia de un derbi de la máxima rivalidad, pero el exceso de ganas hizo que hubiera escasa fluidez en el juego, sobretodo por parte del Celta, que pareció acusar lo mucho que se jugaba en este encuentro.

Los coruñeses pronto se hicieron con el dominio del balón y decidieron llevar el peso del partido. A ello hay que unir que la suerte no estaba del lado del Celta, ya que prácticamente en la primera llegada con peligro a la meta defendida por Cavallero, el Dépor comenzó a decantar el resultado a su favor.

Fran envió un envenenado centro al corazón del área con tan mala suerte para las aspiraciones célticas que el balón, tras tocar en Sylvinho, se coló en su propia portería.

El gol dejó muy tocado el ánimo de los visitantes, y facilitó las cosas a los blanquiazules, que empezaron a manejar el partido a su deseo y a llegar con claridad a la meta del Celta. Así, primero Pandiani y luego Fran pudieron hacer el segundo tanto con sendos disparos desde fuera del área.

La zaga del Celta era un manojo de nervios ante la avalancha coruñesa y fruto de esta presión llegó el 2-0. Fran, en el minuto 24, volvió a mandar un centro medido desde su banda para que Walter Pandiani, sólo dentro del área, batiera a Cavallero con un tiro raso cruzado.

Sin tiempo para que los vigueses reaccionaran, el Deportivo consiguió sentenciar el duelo a los 26 minutos. Sergio dio un gran pase en profundidad a Munitis y el cántabro, ante la pasividad de la defensa, se plantó delante de Cavallero y resolvió enviando el balón a la escuadra izquierda de la meta del portero argentino.

A partir de entonces, el Deportivo bajó el ritmo, dejando que el Celta llevara el tempo del encuentro, con el propósito de seguir ampliando la ventaja en alguna contra. Pero esta circunstancia tampoco fue aprovechada por los vigueses, que no tenían su día. En este sentido, el primer remate de los visitantes no se produjo hasta el minuto 38.

La segunda mitad careció de la intensidad de la primera, sobre todo porque el Dépor no quiso hurgar más en la herida celeste. Así, el técnico blanquiazul, Javier Irureta, aprovechó para dar minutos a los no habituales, caso de Amavisca o Iván Pérez, que jugó sus primeros minutos del campeonato.

Fiel reflejo de la frustración viguesa fue el defensa argentino Berizzo, que se autoexpulsó a pocos minutos para el final del encuentro tras una fuerte entrada sobre Munitis.

La victoria permite a los deportivistas aspirar todavía al segundo puesto de la Liga, que da el pase directo a la Champions la próxima temporada. Para ello, ni Real Madrid ni Barcelona tendrían que conseguir mañana los tres puntos, ante Murcia y Racing de Santander, respectivamente.

3 – Deportivo: Munúa; Héctor, Andrade, Pablo Amo, Capdevila; Sergio, Duscher; Munitis, Valerón (Amavisca; m.46), Fran (Víctor; m.83); y Pandiani (Iván Pérez; m.67).

0 – Celta: Cavallero; Velasco, Méndez, Berizzo, Sylvinho; Borja Oubiña, Luccin, Giovanella (Gustavo López; m.43); Edú, Mostovoi (Angel; m.46); y Milosevic (Pinilla; m.68).

Goles: 1-0; m.13, Sylvinho en propia meta. 2-0; m.24, Pandiani. 3-0; m.26, Munitis.

Arbitro: Lizondo Cortés; del Colegio Valenciano. Expulsó por roja directa a Berizzo (m.82) y mostró tarjeta amarilla a Sylvinho (m.15) y Méndez (m.41) por parte del Celta.

Incidencias: encuentro correspondiente a la trigésimo séptima jornada del Campeonato Nacional de Liga, disputado en el estadio de Riazor ante unos 28.000 espectadores. Antes del encuentro se guardó un minuto de silencio por el fallecimiento en el día de ayer del ex presidente del Atlético de Madrid, y máximo accionista del club, Jesús Gil y Gil.