Depredadores

Depredadores

La depredación de bosques es una ocurrencia que las autoridades correspondientes están en el deber de detener.

Una denuncia reciente sobre el particular la hace el empresario ecuatoriano Fernando Correa Ponce, quien señala que desde el país se sacan contrabandos de guaconejo, un árbol de recia madera y del que se extraen esencias para cosmetología.

La tala de ese árbol representa el doble perjuicio de que se está despoblando sin control los bosques de esta variedad y se está perjudicando a productores locales especializados en la exportación de bases para perfumes.

Y no es el único caso de depredación irracional de bosques.

Grupos ecologistas han reiterado sus denuncias de que se está produciendo tala indiscriminada de caoba en el pico Diego de Ocampo, en la Cordillera Septentrional.

Esta práctica fue detenida cuando autoridades de la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales acudieron a la zona afectada, movidas por denuncias de los ecologistas. No bien terminó la supervisión de Medio Ambiente y se reanudó la tala de árboles.

También en zonas boscosas cercanas a la frontera se continúa la práctica de tala de árboles para producir carbón. En este caso particular están involucradas las complicidades de dominicanos y haitianos que trasiegan el carbón hacia Haití.

Definitivamente, hay que hacer lo necesario para detener esta labor de destrucción de nuestros bosques. Y hay que hacerlo ya.

Dos años

El Código Procesal Penal, un compendio de pautas que sustituyó al arcaico Código de Procedimiento Criminal, arribó al segundo año de vigencia en medio de aplausos y cuestionamientos, pero con más ganancias que pérdidas para la sociedad.

El solo hecho de mejorar el respeto de la Justicia por la libertad individual, reduciendo las medidas de apremio corporal a situaciones muy específicas y de compromiso de la responsabilidad penal, ha significado un salto gigante hacia la modernización de nuestra administración de justicia.

Como toda legislación de su naturaleza y delicadeza, el Código Procesal Penal requiere de ciertos ajustes para adecuarlo mejor a las necesidades de nuestra sociedad. Paralelamente y en cuota equivalente, hace falta mejorar la preparación de quienes tienen que regirse por este instrumento en la administración de justicia.

Dos años en la aplicación de una ley que establece pautas de procedimiento son un tiempo razonable para poder establecer cuáles aspectos del Código Procesal Penal requieren modificaciones, adaptaciones o ser reforzados, todo en aras de ir sintonizando mejor este instrumento para beneficio de la aplicación de justicia.

Mientras tanto, podemos decir que hemos adelantado bastante en la tarea de hacer más decoroso y depurado el ejercicio de la acción judicial en el ámbito de lo penal. Eso es ganancia que debemos consolidar en aras de una Justicia más justa.

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