Mucho se ha hablado en los últimos lustros de que las filas de la Policía Nacional son limpiadas periódicamente de individuos que incurren en conductas delictivas o porque se les descubren aptitudes y antecedentes para la acción antisocial.
Acaba de ocurrir que un mayor, dos capitanes, un sargento y dos rasos activos de la institución fueron apresados bajo la acusación de formar parte de una banda que robaba camiones, a veces de manera sangrienta.
La persistencia con que se descubre la participación de agentes policiales en hechos criminales (37 registrados en lo que va de año por la prensa mientras existe renuencia a dar las estadísticas oficiales), hace dudar de la efectividad de la depuración, que significaría más que nada extirpar un mal a tiempo. Y todavía más: no se podría confiar en los criterios y controles que se aplican para reclutar el personal.
La institución debería protegerse mejor de individuos con inclinación al crimen. Existen perfiles, bien establecidos por especialistas y estudiosos del comportamiento humano y de los historiales personales, que ayudan mucho a descubrir las fallas morales y sicológicas que llevan al delito.
La sociedad seguirá sintiéndose enormemente insegura si continúan apareciendo esas puntas de iceberg que a cada rato delatan un potencial de criminalidad en cuerpos del orden público.
Horrendo crimen
Una vez más, la acción de asaltantes dispuestos a segar vidas por cosas de menor valor: un celular, una cadena o unos aretes, es motivo de hondo pesar e indignación en la República Dominicana. Hace un año ocurrió con la joven Vanesa Ramírez en Santiago
Antier le tocó a Miguel Angel Paulino, de 43 años de edad, hijo del colaborador de este diario Aliro Paulino. Tomado de sorpresa, a plena luz del día, y cuando salía de un restaurante de la avenida George Washington, Miguel Angel fue baleado por desconocidos que querían despojar de unas pulseras y unos aretes de fantasía a su novia, que le acompañaba.
Este nuevo hecho horrendo acentúa la sensación de que la criminalidad sigue siendo irreductible en nuestro medio, y que los esfuerzos por contenerla a base de vigilancia, persecución y castigo, no han sido suficientes. A Aliro Paulino, a los hermanos y demás familiares de la víctima, sumidos todos en el dolor de una pérdida irreparable, nuestras condolencias.
Contra el dengue
Los casos de dengue, clásico y hemorrágico, han ido multiplicándose últimamente en varios lugares del país. Es una consecuencia lógica del aumento de las lluvias.
El momento es oportuno para redoblar los esfuerzos preventivos en una gran cruzada para que la ciudadanía se integre a la erradicación de agua estancada. Calle por calle. Casa por casa.
También debe redoblarse la vigilancia sobre los síntomas. Las clínicas y hospitales deben estar más alerta que de costumbre para diagnosticar la enfermedad y medicar a los pacientes que en algunos casos han acudido en gran número a centros de salud, como ocurrió en Santiago. Sin pánico, pero sin omisión de esfuerzos, contrarrestemos el dengue.