Derechos humanos se deterioraron en 2005

Derechos humanos se deterioraron en 2005

Ginebra (EFE).- La situación de los derechos humanos en varias partes del mundo se agravó a lo largo de 2005, un año en el que hubo pocas mejoras en el respeto a las libertades y derechos fundamentales pese a los esfuerzos internacionales por generar mayor conciencia sobre los riesgos que esa situación conlleva.

   La ONU y las organizaciones no gubernamentales realizaron este año notorios esfuerzos para mantener vigente la inquietud por los derechos humanos y así impedir que los abusos, hayan sido evidentes o soslayados, se conviertan en rutina.

   El balance anual de la ONU en materia de derechos humanos es negativo porque la situación se ha deteriorado en muchos países, sobre todo de Africa, mientras que en otras regiones simplemente no se han observado mejoras.

   «La situación es preocupante porque se ha retrocedido más de lo que se ha avanzado en gran medida a causa del tema del terrorismo», declaró a EFE una fuente de Naciones Unidas que pidió el anonimato.

   Para la organización multilateral es preocupante que los países que tradicionalmente han liderado la defensa de los derechos humanos y han sido el modelo para el resto del mundo, «ahora estén violando sus obligaciones más fundamentales».

   La causa principal de esta inquietud son las denuncias de métodos de interrogatorio que lindan con la tortura y la existencia de prisiones secretas en el marco de la estrategia antiterrorista de Estados Unidos.

   Objetivamente, las violaciones más graves a los derechos humanos ocurren en Africa: las masacres y la violencia sexual continúan desangrando la República Democrática del Congo y en la región de Darfur (Sudán) la situación sigue siendo dramática para la población civil que es víctima de las hostilidades de los grupos armados.

   En Zimbabue, al drama de las cientos de miles de personas que han sido desalojadas de sus hogares en los últimos meses se suman las evidencias de manipulación de la ayuda alimentaria por parte del Gobierno, mientras su población sufre hambre.

   No obstante, la esperanza parece haber llegado a algunos países de esa región, como Sierra Leona y Burundi, pues en ambos la violencia ha menguado y las iniciativas de paz parecen progresar.

   En América Latina, la preocupación se centra desde hace años en Colombia, aunque eso no ha llevado a mejoras sustanciales.

   La ONU y organismos de defensa de los derechos humanos siguen denunciado las ejecuciones extrajudiciales, las desapariciones, los secuestros y desplazamientos de población civil que ocurren en ese país andino.

   En Guatemala, la ONG Amnistía Internacional denunció recientemente que continúan los asesinatos de mujeres y la impunidad que los rodea, un fenómeno similar al que se registra en Ciudad Juárez (México).

   En Asia, las inquietudes están enfocadas principalmente en Birmania, China y Uzbekistán.

   Así, en el primer país la decisión de su Gobierno de prolongar el arresto domiciliario de la premio Nobel de la Paz y líder del único partido de oposición, Aung San Suu Kyi, ha sido recibido con mucho desazón.

   Por otra parte, los derechos civiles y políticos en China continúan «muy limitados», dijo la fuente de la ONU, que señaló que las denuncias de torturas sistemáticas persisten y que la agitación social aumenta conforme crece la brecha entre los que se benefician del crecimiento económico del país y los que están relegados de él.

   En tanto, el Gobierno de Uzbekistán se ha negado a permitir una investigación internacional de la violenta represión oficial de una revuelta popular en mayo pasado, que dejó un saldo de 187 muertos.

   Otro foco de preocupación internacional en materia de derechos humanos es Irak, donde la gran cantidad de detenidos y el trato que reciben motivaron un reciente pronunciamiento de la Alta Comisionada para los Derechos Humanos, Louise Arbour.

   A ese respecto, la jurista afirmó que el número de prisioneros aumenta debido a los «arrestos masivos durante las operaciones militares», tras lo cual reclamó que se ponga remedio a tal situación.

   La creación de un nuevo Consejo de Derechos Humanos en el seno de la ONU, como parte de su proceso de reformas, permitiría que éste recuperase la legitimidad necesaria para denunciar los abusos y violaciones allá donde ocurran.

   La fuente de la ONU lo resumió del siguiente modo: «No se trata de que las violaciones a los derechos humanos sean más numerosas o más graves, pero las desviaciones de la lucha contra el terrorismo están corroyendo los logros que considerábamos adquiridos».

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