Dermatitis, la clave para calmar el picor

Dermatitis, la clave para calmar el picor

“El que nace atópico muere atópico”, así de rotundo explica el jefe de Dermatología del Hospital de la Paz (Madrid, España), Raúl de Lucas, una enfermedad que afecta al 40 % de los niños y bebés, pero que también padecen los adultos y que produce eccemas y picor persistente, una patología que deteriora el día a día de la vida del enfermo.
La dermatitis atópica se detecta en los primeros meses de vida de un niño, y es una enfermedad de la que “en teoría, el 80 % de los pacientes mejoran con la edad”, afirma el galeno.
“Tiene un diagnóstico clínico sencillo, al tratarse de una enfermedad que es visible por sus brotes en la piel, y una de sus principales raíces se encuentra en los antecedentes familiares”, comenta De Lucas a Efe.
Inmunidad. “El 20 % de los niños en edad escolar la padecen”, señala el dermatólogo, quien añade que es una enfermedad asociada al mundo occidental y “vinculada a la protección excesiva hacia la suciedad”. Indica que la piel es un órgano que interviene en la inmunidad innata del organismo. El hecho de que los niños estén cada vez menos en contacto con la suciedad “hace posible que esta sea una de las causas, según algunos doctores. Claro que es una teoría con seguidores, pero también detractores”, afirma el dermatólogo, quien reconoce que se trata una enfermedad “más vinculada a la infancia y la adolescencia, etapas en las que los pacientes están más sometidos a factores irritantes”.
“Veo a pocos adultos rebozarse en la arena del parque y los más jóvenes y los niños se rascan de manera incontrolada. Tampoco tienen opción para elegir la tela del uniforme que deben llevar al colegio y que puede no ser favorable a su dolencia”, agrega el especialista.
La farmacéutica de los laboratorios Uriage, Teresa Pardo, considera que la dermatitis atópica genera un círculo vicioso del que es complicado salir, ya que las crisis acrecientan las ganas de rascado que se van encadenando.
“Debajo de las uñas van acumulándose bacterias que alteran la barrera cutánea, que se hace más vulnerable ante las agresiones externas, lo que provoca una sensación de prurito y disconformidad continua”, explica. En los adultos las secuelas de la atopía aparecen en rostro y manos. A muchas mujeres les impide maquillarse.

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