Por Alfredo Cruz Polanco
Todos los años y en todos los gobiernos, nuestro país se da el lujo de invertir grandes sumas de dinero en la compra de flotillas de vehículos de lujo, de alta gama y de alto consumo de combustibles, en maquinarias, equipos (tractores, gredar, buldócer, compactadores, retro-excavadoras, camiones, ambulancias, camiones, volquetas, equipos agrícolas, grúas, autobuses, plantas eléctricas, equipos de hospitalarios, palas mecánicas, entre otros), que luego son abandonados en muy buenas condiciones por los ministerios de Obras Públicas, Agricultura, Salud Pública, el Indrhi y otros más.
Muchos de estos equipos y maquinarias son tirados al abandono, generando el famoso “desguace”, esto es, desmantelar y vender los mismos por piezas a particulares, lo que constituye un crimen de lesa patria y un acto de corrupción.
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Si en nuestro país existieran verdaderas escuelas vocacionales con el apoyo del Infotep, que formaran técnicos calificados en mecánica pesada e industrial, los mismos se podrían recuperar, con lo que el país se ahorraría millones de dólares, pero para eso se requiere de una férrea voluntad política, que es lo que nunca ha existido en ningún gobierno.
Podemos observar una gran cantidad de ambulancias y vehículos (Salud Pública), maquinarias y equipos pesados (Obras Públicas), tractores y equipos de arados (Agricultura), al igual que en el Indrhi, que luego son vendidas como chatarras a precios irrisorios o son dados de baja en la Dirección General de Bienes Nacionales, que es una institución que se presta para todo tipo de actos pecaminosos.
Se puede estar o no de acuerdo con el sistema de gobierno de la República de Cuba, pero allí existen verdaderas escuelas vocacionales e industriales, donde forman a muchos técnicos y mecánicos industriales para la reparación de todo tipo de maquinarias y equipos pesados; allí el más mínimo equipo es reparado y recuperado.
Se podría decir que por la grave crisis económica que afecta a esa hermana nación del Caribe, fruto del bloqueo económico y financiero, que por más de 60 años le tiene colocado Estados Unidos a ese país, así como por los tantos fenómenos atmosféricos que la afectan, como los más recientes ciclones, que le causaron muchos daños, Cuba se ha visto obligada a sacar de abajo, pero la realidad es que no se observan esos equipos y maquinarias, abandonados.
La muestra de ello es que ese país aún mantiene una flotilla de vehículos de los años 30, 40 y 50 en perfectas condiciones, lo que representa una de su mayor riqueza, pues para ello han formado muchos mecánicos y torneros que fabrican todo tipo de piezas. ¿Por qué aquí no podemos hacer lo mismo?
Nuestro país puede hacer uso de parte de los recursos del 4% de educación para contratar a técnicos cubanos para la formación de mecánicos y técnicos en esa área, con el apoyo del Infotep, del Ministerio de Defensa y del sector privado, en las diferentes escuelas vocacionales del país, para que dichos equipos y maquinarias sean reparados y puestos en servicios, con lo que el país se ahorraría millones de dólares, evitando el escape de divisas.
Otra opción sería a través de un acuerdo con el gobierno de Brasil, donde existen grandes escuelas e institutos técnicos en mecánica industrial. El actual presidente de ese hermano pais, Luis Ignacio Lula da Silva, es uno de los mejores torneros, egresado de uno de esos prestigiosos centros de la metalmecánica e industrial.
Hay que diseñar un plan de austeridad y no pretender comprar todos los vehículos, equipos y maquinarias nuevos, en cuyas transacciones siempre existen grandes comisiones. Nuestro país no puede continuar dándose el lujo de tirar los recursos por la borda, a base del endeudamiento externo.