Derrumbe económico de RD obliga a cautela en la seguridad social

Derrumbe económico de RD obliga a cautela en la seguridad social

POR CLAUDIO CABRERA
Puede parecer increíble, pero es verdad. La República Dominicana, país que en el transcurso de los años 90 logró índices de crecimiento económicos por encima del 8% del Producto Bruto Interno (PIB) y que consecuentemente había planeado un mayor acceso de la población a la mejoría material de vida y de salud, entrado el nuevo milenio, de pronto retrocedió en esta área al decaer su oferta para lograr mejorías sustanciales en el programa de seguridad social.

Este es el lamentable cuadro de insatisfacción general con que se enfrentan los hacedores de la política social, los técnicos y especialistas en el área que han venido propugnando para que desde el gobierno se concreten las políticas que reivindiquen este derecho de los trabajadores y de toda la población dominicana.

Al cuestionársele al licenciado Arismendi Díaz Santana, gerente general del Consejo Nacional de la Seguridad Social (CNSS), resalta esa «insatisfacción a nivel de todo este sector, que lo ha vivido la seguridad social del país luego de entrar en vigencia la Ley de Seguridad Social, concebida como una reivindicación para muchos sectores sociales, luego del país haber experimentado un crecimiento sostenido en la década de los 90».

Dicho crecimiento, según lo explica el funcionario del sistema de seguridad social, colocó al país al nivel de naciones de la región como Chile y otras que venían registrando un auge por varios años.

Destacó que más luego vino el gran descalabro de la economía, primero hacia el 2001 con los problemas externos que comenzaron a experimentarse y luego con la crisis bancaria que se llevó consigo a toda la economía y al régimen fiscal en crisis.

Sin embargo, dentro de lo que está configurado como el Sistema de Seguridad Social, el actual sistema de pensiones ha logrado despegar y tener éxitos, «lo cual no ha pasado con el sistema de salud, que no ha podido arrancar porque para ello se requiere una mayor estabilidad macroeconómica y un crecimiento sostenido».

De acuerdo con el economista y experto en asuntos de seguridad social, en la actualidad comienzan a despejarse algunas incertidumbres que no permitían crecer al área de salud.

Cita entre otras, la reducción en la tasa del dólar, lo cual incide en los costos del Plan Básico de Salud, el cual comienza a tener costos más asequibles.

Indicó que igualmente el panorama cifrado en alzas salariales para los sectores público y privado, permite ser más optimistas «ya que comienzan a crearse las condiciones favorables para que se dé un mayor incremento del Seguro Familiar de Salud, que es el pilar del sistema de seguridad social”.

«El hecho de haber logrado progresos en el régimen de pensiones y en el de los riesgos laborales en el país, no satisface en lo absoluto la aspiración legítima de la población que considera al Seguro Familiar de Salud como la conquista más importante de esta década, así como al propio sistema de la seguridad social», sostiene el gerente general del CNSS.

METAS SOBRE EL CAMINO

Al mostrar interés por los avances en el seguro familiar dentro del régimen de seguridad que impone la nueva ley, Díaz Santana considera que la diferencia del régimen de pensiones y de riesgos laborales, es la que cubre en lo inmediato y efectivamente a toda la población a nivel nacional, independientemente de la clase social, color, sexo, zona o región, “por lo que aspiramos a más avances en este importante aspecto que afecta en forma directa a la población”.

Ello representa un gran alivio, «en vista de que independientemente e cualquier crisis, la demanda del servicio de salud es inevitable, ineludible e impostergable».

Dada esta situación, asegura que el gobierno y el CNSS se han trazado metas claras y alcanzables para el próximo año 2005, las cuales consisten en proteger a un total de 150,000 personas que actualmente habitan en las denominadas «Regiones 4 y 5», las cuales abarcan el Suroeste la primera y el Este la segunda.

Estas personas de escasos recursos económicos, serán incorporadas bajo una modalidad diferente, «en la que se le garantizan los servicios contemplados en el Plan Básico de Salud».

UN SISTEMA PROGRESIVO

Dada la amarga experiencia a que conllevó durante el gobierno pasado la puesta en marcha de esta parte importante del sistema ante la crisis enfrentada, el gobierno actual se ha comprometido con el CNSS a cumplir con la entrega de un subsidio ascendente a RD$691.0 millones, lo cual triplica el monto que en estos momentos reciben los beneficiarios del sector salud.

La meta es considerada coherente con las proyecciones para el venidero año 2005, lo que se considera será un año de recuperación económica, «siendo la intención dar un salto cualitativo que incremente en forma sostenida el número de familias y personas protegidas por el nuevo régimen de seguridad social a través del régimen subsidiado”.

Mediante este régimen, se canalizarán fondos para cubrir a beneficiarios del programa directamente desde el gobierno que irán al régimen de seguridad social. Desde aquí a la Tesorería de la Seguridad Social y desde la Seguridad Social a la CENASA.

Desde aquí, los fondos serán entregados mediante pagos a los distintos proveedores de los servicios de salud, como hospitales, centros de salud y clínicas en distintas regiones del país.

«Se trata de un subsidio focalizado, el cual se puede medir cuantitativamente», advierte el economista experto en seguridad social.

Paralelamente a estos logros, las autoridades se proponen para el año 2005 informes con indicadores de atención en forma progresiva para ir poniendo mayor atención y cuidado en lo que respecta al mejoramiento, la calidad y oportunidad del servicio y atención médica y de salud, para que la población logre percibir una mejoría sustancial y atención como ventajas que son parte de este sistema.

En cuanto a la entrada en vigor del Régimen de Seguridad Familiar, sostuvo que previo a poner en vigencia esos planes el año que se aproxima, deben resolverse cuatro cuestiones vitales, que son, en primer lugar, lograr una definición del costo del Plan Básico de Salud, garantizando un equilibrio necesario entre los ingresos y egresos del Seguro Familiar de Salud.

En segundo lugar, eliminar la doble afiliación de alrededor de 200,000 personas que actualmente figuran tanto en el Instituto Dominicano de Seguridad Social (IDSS) como en el sistema de igualas médicas privadas.

En tercer lugar, iniciar una campaña para documentar a todas las personas que carecen actualmente de Cédula Personal de Identidad y Electoral conjuntamente con la Junta Central Electoral (JCE).

Y en cuarto lugar, se plantean «definir de una manera justa y equitativa» las tarifas mínimas, así como los honorarios a los profesionales de la salud, como pago a servicios.

O sea, en sentido general, se procura fortalecer este programa y los seguros de pensiones y de vejez.

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