SAN JUAN, EFE. Al menos el concierto “Cómplices en el amor” del cantautor mexicano Cristian Castro sirvió para que una pareja se comprometiera en matrimonio en la víspera de San Valentín. Para quienes asistieron al concierto en el coliseo Roberto Clemente, Castro impresionó como siempre con su impecable voz y hasta se mostró un poco más comunicativo, incluso hizo comentarios al concluir cada tema.

Sin embargo, para los que asistieron en abril pasado al espectáculo “Sólo éxitos” en el coliseo Rubén Rodríguez de Bayamón, producido por Maritza Casiano, notaron que esta presentación producida por César Sainz tuvo varios desaciertos.

El escenario apenas contó con un telón blanco de fondo, dos pantallas gigantes a cada extremo de la tarima, un escaso juego de luces y un sonido que en ocasiones confrontó problemas.

Castro interpretó “No hace falta” de su última producción discográfica “Amar es”, acompañado de bailarines ataviados con vestimenta oriental al igual que lo hizo su esposa, la paraguaya Gabriela Bo, durante la grabación del vídeo que se realizó para el tema musical en promoción.

Aunque el coliseo no estaba tan lleno como en otras ocasiones, la fanaticada acompañó como siempre al cantante en cada uno de los temas, entre éstos, “Cuando me miras así”, “Yo quería”, “Volver amar”, “Con ella” y “Lloran las rosas”, tema que aprovecharon dos bailarinas vestidas de cupido para entregar rosas rojas al público, ubicado en los primeros asientos del coliseo.

El hijo de la actriz mexicana Verónica Castro por primera vez bailó, aunque muy poco, junto a seis bailarines que incorporó a la producción, que en ocasiones deslucieron al artista.