Desafío económico

Desafío económico

Antes que se agudizaran  males actuales venidos de fuera, como las alzas incontenibiles del petróleo, del euro, de los fletes marítimos y de las sombrías perspectivas de la economía norteamericana, existían los propios y persistentes del país.

Algunos de peso intenso cuando de competir se trata, como energía de costos superiores a los de los competidores, escasez –cuando no la inexistencia- de mano de obra calificada y otros factores encarecedores como los créditos bancarios y la inequidad fiscal.

Combinados,  lo interno con lo externo, las barreras contra la rentabilidad óptima parecerían invencibles, pero el país tiene posibilidades de cambiar favorablemente por lo menos el 50% de las adversidades por ser de factura nacional y no podrá demorarse en doblegarlos. La alternativa sería estancamiento o retroceso. Las situaciones de la energía y de los impuestos resultaban peores unos meses atrás. ¿Por qué  entonces no agruparse para trabajar con más decisión contra los  obstáculos? Tras esta coyuntura electoral, la sociedad deberá unificar criterios a través del gobierno que surja, y de la oposición, con la voz imprescindible de los sectores productivos. Solo con un esfuerzo conjunto puede iniciarse un verdadero proceso de corrección de distorsiones que esté inscrito en un Plan Nacional de Desarrollo.

Imperfecciones viales

El asueto de Semana Santa sirvió a muchos para poner a prueba  la comunicación terrestre entre Santo Domingo y el resto del país. Lamentables situaciones imperan en rutas de las regiones Sur y Este, fuera de la pobreza de mantenimiento y  señalización que aquejan a otras regiones.

Mientras el Estado invierte para dar otro salto modernizador en dirección a provincias sureñas, en el segmento San Cristóbal-Baní, la autopista 6 de Noviembre de la citada  ruta  cae en deterioro, pues carece de vías marginales al tiempo que terrenos adyacentes son poblados, en ocasiones por  industrias importantes.

La interacción entre el tráfico principal y el del entorno dañan  paulatinamente el objetivo de que  esa carretera constituya una vía rápida y segura. En otro sentido, por largos trechos  de la comunicación hasta  Punta Cana, en el extremo Este, se hacen sentir  los inconvenientes y riesgos  de un retrasado proceso de  construcción de la autovía San Pedro de Macorís-La Romana.

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