Desafío sin alternativa

Desafío sin alternativa

Tras 60 días de forzosas limitaciones a la economía y aplicaciones sanitarias rigurosas para detectar y sanar pacientes de la covid-19, llega la hora de las flexibilidades por etapas que de todos modos obligan a poner atención a la firmeza de criterios del ministro de Salud Pública, doctor Rafael Sánchez Cárdenas, que no se ha andado con medias tintas; que se acoge a los mandatos y reconoce la urgencia ineludible de moverse hacia la producción. No ha omitido por ello claras advertencias y argumentos sobre los riesgos que conlleva la agenda reactivadora. Habla con el conocimiento de quien ha encabezado una cruzada a brazos partidos, lidiando con dificultades, encontrándose con notables indisciplinas sociales y forzado a duplicar, venciendo carencias, los recursos que hacen posible seguir en la batalla en alineamiento con las directrices globales contra el inusitado mal.

Hoy, al comenzar la desescalada, República Dominicana presenta un saldo esperanzador en el control de la pandemia tras bastantes aciertos en sus medidas de salubridad y por mantener yugulada la mayoría de las actividades de la nación, incluyendo las más esenciales puestas en crisis sin precedentes. La capacidad de circunscribirse colectivamente y con firmeza a las recomendaciones para no reactivar la enfermedad al tiempo de hacerlo con la economía, está bajo el ojo crítico de Sánchez Cárdenas y su botón de pánico.

El bien y el mal en rara mezcla

La libre y creciente concurrencia de informaciones, gracias a la multiplicidad de medios y técnicas informativas, pone cada minuto a disposición del público la enorme disimilitud de versiones, cifras, evaluaciones y evoluciones del acontecer nacional e internacional y sobre todo de predicciones sobre la covid-19 y la economía. Sabios y profanos, todos a una, juegan a la adivinación sin unanimidad. Desde lo mejor para todo el mundo hasta lo catastrófico, sin que falten los términos medios.

El productivo (no necesariamente constructivo) ejercicio de comunicar con libertad ensancha los horizontes del individuo, pero le obliga a ser más juicioso, competentemente analítico y perspicaz para absorber todas las cosas que se dicen y diferenciar las creíbles de las que no, porque de suscribirlas todas tendría problemas mentales.

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