Desafíos de la ética en el siglo XXI

Desafíos de la ética en el siglo XXI

Julián Musa

Los humanos somos la única especie racional y esto nos hace capaces de darle significados a nuestras conductas morales, por tal motivo es muy importante que aquellos que vivimos en esta época reflexionemos sobre las tendencias que lleva la ética del siglo presente.

Una de las personas que marcó cambios en el pensamiento ético de las últimas décadas fue el filósofo británico Bertrand Russell, para este autor el crecimiento natural ininterrumpido y la autorrealización de una persona son los factores que convierten una existencia en buena y a una sociedad en una convivencia armoniosa.

El historiador y pensador liberal de la República de Letónia Isaiah Berlin por su parte afirma “que la libertad que debe ir cediendo el Estado consiste en la ausencia de coacción, y de la que cada cual puede gozar a su aire, o sea no debe haber ninguna presión pública sobre la manera como cada cual quiere vivir” (Boladeras Margarita,2004); filósofos como el americano John Dewey decían:“que el bien es aquello que ha sido elegido después de reflexionar tanto sobre el medio como sobre las probables consecuencias de llevar a cabo ese acto considerado bueno o un bien.”.

De su parte la Bioética una rama de la ética, disciplina muy reciente y que según el médico oncólogo americano Van Rensselaer Potter pionero en este tema, la define como: “la vinculación de las ciencias biológicas y medicas al objetivo de mejorar la calidad de vida en sentido global y humanista”; sobre esta el filósofo Británico John Harris, de la Universidad de Manchester, argumentó. “que en la cosmovisión secular liberal la elección de los padres debe ser suprema; los padres deben tener la posibilidad de elegir el género (sexo) de sus hijos, en lugar de dejarlo a la suerte porque esto es moralmente importante.”

Luego de ver diferentes teorías que influyen en el pensamiento ético de este siglo, en donde en definitiva, según estos conceptos la moral es relativa y se traduce en lo que cada cual de manera personal considere bueno o malo, podemos notar que la llamada “libertad” no es más que una máscara que oculta el libertinaje que es la verdadera cara de estas ideas que se fundamentan en el egoísmo, y sus consecuencias reales son aquellos males sociales que afectan a sociedades como la nuestra.

Por argumentos como los antes expresados, hoy día se hace necesario el que volvamos a valorar y promover aquellos principios morales sólidos, los cuales en la práctica hay más que evidencias de que son un freno moral, aquellos que nos recuerdan que hay un ser superior a quien un día se le dará cuenta de los malos actos cometidos, que solo en Él se encuentra la verdadera libertad y por ende la felicidad y el sentido de la vida, como llego a decir aquel ilustre Teólogo llamado Agustín de Hipona “Dios es la felicidad de la persona y por consiguiente su continua búsqueda. Vivir fuera de Dios es no tener morada donde habitar”. (San Agustín, editado 1999), este señor consideraba la ética como la revelación de Dios en el corazón de las personas; este estilo de vida solamente puede ser posible cuando nos convertimos en seguidores de Jesucristo, aquel camino que lleva al Padre y por ende a la Vida Eterna (Juan 14:6), y quien llego a decir en una ocasión: “Yo soy la vid y ustedes son las ramas. El que permanece en mí, como yo en él, dará mucho fruto; separados de mí no pueden ustedes hacer nada”. (Juan 15:5) y quien ha fundamentado sus enseñanzas en el amor a Dios y al prójimo (Mateo 22:37-39)

Para el británico Jhon Wyatt profesor en pediatría neonatal, neonatólogo y presidente de estudios éticos de la asociación médica cristiana del Reino Unido dice “La revelación Bíblica nos recuerda que los seres humanos no pueden explicar su existencia y que la dignidad de nuestra humanidad es derivada; viene de él cuya imagen tenemos. Nosotros somos seres dependientes; el significado de la vida no está en hacer lo que me plazca, sino en tener una relación con Dios por medio de aplicar a la vida las enseñanzas del Señor Jesucristo”.(Stott John, 2007)

En la Ética Cristiana cada vida humana tiene su dignidad y valor por ser creados a imagen y semejanza de Dios, partiendo de esta manera de ver la vida la Bioética es cuestionada a la hora de apoyar asuntos como la destrucción de la vida humana inocente (tanto al comienzo de la vida en el aborto como al final de la vida en la eutanasia), así como cuando es usada para hacer modificaciones en los cuerpos (transexualismo, cambios para parecerse algún animal, etc.) y  también cuando es usada para la creación y la manipulación de la vida humana como queriendo tomar el lugar del Dios creador.

El siglo XXI presenta un futuro incierto en donde definitivamente la ética juega un papel protagónico, la humanidad debe volcarse a una cosmovisión de vida que mire a su creador y sus principios absolutos, en donde por ejemplo no se inviertan tantos millones en asuntos triviales de la biotecnología con la finalidad de querer justificar preferencias antiéticas para el enriquecimiento personal, y que por el contrario esta pueda mirar a los cientos de miles de niños pobres que mueren por falta de un mínimo de tecnologías médicas. Es urgente que valores cristianos como: el amor, la fe, la esperanza, la misericordia, la integridad, el respeto a la vida, la preservación de la familia original, la igualdad y la justicia formen parte de nuestras culturas.

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