Eleuterio Martínez dice que las inversiones necesarias para abordar los servicios ambientales demandados por la sociedad rebasan la capacidad de inversión y visión actual, a pesar de los esfuerzos.
El presidente de la Academia de Ciencias de la República Dominicana señala como áreas de mejora la falta de jerarquización y enfoque en las necesidades más críticas, como el agua potable, la higiene ciudadana y la gestión adecuada de residuos.
Observa que el panorama ambiental de República Dominicana refleja avances y desafíos. Si bien hay conciencia creciente sobre la importancia de la preservación, la necesidad de una planificación más eficiente y una jerarquización de las políticas públicas se convierte en un llamado a la acción.
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Considera que garantizar el bienestar de las generaciones futuras requiere un compromiso continuo y estratégico con la protección del medioambiente, priorizando las necesidades más apremiantes de la sociedad dominicana.
Estima que en República Dominicana el medio ambiente sigue deteriorándose, perdiendo su calidad, y la fuerza que necesita para garantizar la vida: “Eso es lo que hemos visto. Pero hay algunos componentes que están mejorando. Por ejemplo, ya hay consciencia de que los manglares no deben ser eliminados”.
Un enfoque democrático y abarcador
El experto destaca la importancia de las políticas públicas ambientales como las más democráticas y abarcadoras, porque benefician al conjunto de la sociedad. Desde la educación hasta los subsidios de energía eléctrica. Argumenta que las políticas ambientales son las que realmente abarcan el universo del país, proporcionando beneficios generalizados.
Priorizar los recursos hídricos
El caso del suministro de agua en Santo Domingo ilustra la complejidad de las políticas ambientales. La dependencia de fuentes lejanas y el trasvase de agua entre diferentes cuencas evidencian la necesidad de inversiones focalizadas.
Un punto crucial resalta la inversión en la protección de las fuentes de agua, especialmente el río Ozama.
El experto enfatiza que garantizar agua segura y de calidad para la capital dominicana es fundamental para la salud pública y el bienestar de la población: “El 80% de las enfermedades se producen por el uso de un agua no potable, no apta para el consumo humano”, afirma.
La construcción de infraestructuras como la presa Don Juan se presenta como una alternativa sostenible y necesaria para asegurar el suministro de agua potable.
“Las aguas que llegan a Santo Domingo vienen todas de Valdesia, es decir, son aguas prestadas y hay que trasvasarlas de una cuenca que está muy lejana a la Capital, como la del río Nizao y pasarlas por encima, incluso, de la cuenca del río Nigua y después a la cuenca del río Haina y después es que llegan a la capital”, explica el ingeniero.
Es por esto que propugna por la protección del río Ozama: “Porque produce agua directamente y por gravedad, lo qué significa que las aguas del río Ozama son aguas seguras”.
Protección del patrimonio natural
Martínez, una autoridad en medioambiente, destaca las áreas protegidas y la inversión en la conservación de la biodiversidad como esenciales para el futuro del país. Argumenta que, a pesar de no ser inversiones visibles inmediatamente, la protección de parques nacionales, monumentos y refugios de vida silvestre proporciona beneficios a largo plazo para toda la sociedad dominicana, incluso en regiones económicamente deprimidas.
Estima que se debe tener una visión global, “y a partir de esa totalidad jerarquizar las políticas públicas ambientales en función de las necesidades que tiene la población, del servicio que hay que brindarle al país y así el turismo”.
El turismo
Afirma que el turismo es una de las políticas públicas que requiere más atención: “Porque el turismo lo que vende es belleza, el turismo lo que vende es ilusión, el turismo lo que vende es paisajes y ¿Cómo tú puedes garantizar la integridad de los paisajes? No es verdad que hay que destruirlos para tú hacer una infraestructura”.
Observa que con una buena planificación todo es posible: “planificando tú puedes hacer conciliación entre lo que tú quieres y lo que te permite hacer la naturaleza”.
Cabo Rojo y desarrollo sostenible
El desarrollo de infraestructuras en Pedernales, específicamente el proyecto Cabo Rojo, se presenta como un ejemplo de cómo el turismo puede ser un motor para el progreso económico. El experto destaca la importancia de llevar a cabo desarrollos fuera de áreas protegidas, mostrando una conciliación entre el progreso humano y la preservación del entorno natural.