Desafíos y perversiones de la crítica de arte

Desafíos y perversiones de la crítica de arte

POR AMABLE LÓPEZ MELÉNDEZ
¿Es el hecho de reflexionar sobre la crítica de arte un esfuerzo inútil en Santo Domingo?

En la República Dominicana, el tema de la crítica de arte como producto artístico no ha sido agotado en su multiplicidad de abordaje. La crítica como producto artístico, en tanto está salpicada y participa de las principales características  de los movimientos artísticos en los cuales se contextualiza, es un ejercicio ético e intelectual que hay que asumir como sumatoria de saberes. Como origen, fundamento, concepto, objetivo o resultado de una práctica vitalmente lúcida y auténtica.

Suponer que en nuestro medio la crítica pueda operar como producto de la imaginación aparece como un atrevimiento, o tal vez, un desafío.

Para Jürgen Habermas,  la crítica es “mediadora” y su objeto es “traducir el contenido experiencial de la obra de arte al lenguaje normal”. Pero, en realidad, es definitivamente imposible establecer la primacía entre el producto artístico y la reflexión crítica. Es el dilema de la gallina y el huevo. No hay antes sin un después.

La autonomía de la critica de arte se establece en tanto se trata de una legítima ejecución de la lucidez, con sus propias leyes o criterios, ya que no puede sustituirse por las ciencias sociales, por la poesía ni por la historia o la filosofía del arte, por ejemplo. No es una normativa. Se trata, más bien, de una disciplina diferenciada con ganado respeto. La crítica es discurso, saber, texto cognitivo y actitud comprometida ante la realidad.

La crítica de arte estará siempre signada por la presencia de lo ideológico. Tal ejercicio remite y nos remite siempre a un contexto específico en tanto opera únicamente a partir del conocimiento del producto artístico.

 La crítica nos muestra que la obra de arte es un resultado sociocultural y que un producto artístico puede ser observado desde diversos puntos de vista:  político, sociológico, psicológico, filosófico o estético, pero ninguna de estas lecturas por sí mismas, agotarán la polivalencia o multiplicidad de significados de la obra. En este sentido, la crítica de arte absorbe y aglutina una diversidad de saberes y los asimila a su propia naturaleza discursiva.

Así, la verdadera crítica artística no es la que se refiere únicamente al arte, visto este como efecto material cifrado en la unidad de forma y contenido (formalidad y visualización), sino la que incorpora en todo saber necesario en su búsqueda de aportes al pensamiento y a la comprensión del hecho estético en todas sus dimensiones.

En estos deslumbrantes y espantosos instantes posmodernos, el concepto de que la “crítica” es un “mal necesario”, una rama secundaria del arte o una propuesta desfasada, es muy común y, de una u otra forma, constituye una postura descarriada que todos debemos encarar. Porque aparece como barrera o muro que nos impide acceder al conocimiento y al compromiso.

A esta visión pervertida de la crítica como un producto de menor envergadura se suma el hecho lamentable de que en la mayoría de las sociedades latinoamericanas de  la actualidad el mismo “arte” no traspasa las cuatro paredes de las elites seudoilustradas.  Ante esta realidad, la crítica enfrenta prejuicios como el miedo a la teoría y a la profundización. Predisposición a pensar, a producir y a teorizar con mayores niveles de exigencia  conceptual y sensibilidad.

Quienes rechazan la profundización teórica sobre el arte están “bloqueados”, no sólo para leer, sino hasta para ver con inteligencia, libertad y sensibilidad.

La crítica no pretende que todos los productores, los amantes y seguidores del arte sean pensadores, pero una cosa si está clara, a mí, especialmente, me interesa aproximarme al arte como reacción simbólica y poética. Como forma y fuente de pensamiento.

La crítica auténtica asume siempre el reto. Percibe lo desconocido como algo necesario y contribuye a despertar el interés por el desarrollo espiritual, por los secretos de la técnica, los lenguajes, los géneros, las categorías, la historia, la filosofía del arte y los movimientos artísticos.

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