Desarrollo humano sostenible y los
costes del crecimiento económico

Desarrollo humano sostenible y los<BR>costes del crecimiento económico

PABLO VICIOSO
El desarrollo humano sostenible es conceptualizado por el Programa de la Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) como aquel desarrollo que no sólo genera crecimiento económico, sino que distribuye sus beneficios equitativamente; regenera el medio ambiente en vez de destruirlo; potencia a las personas en vez de marginarlas; amplía las opciones y oportunidades de las personas y les permite su participación en las decisiones que afectan sus vidas.

En ese sentido, el desarrollo humano sostenible es uno que está a favor de los pobres, a favor de la naturaleza, a favor del empleo y a favor del hombre, varón y hembra. Enfatiza el crecimiento, pero un crecimiento con empleos, un crecimiento con protección del medio ambiente, un crecimiento que potencia a la persona, un crecimiento con equidad”.

En la definición del referido  concepto se propone un crecimiento económico con calidad de vida, uno que reparte con equidad, que no contamina el medio ambiente, un crecimiento que no tiene costes. Actualmente,  en muchos países latinoamericanos, incluyendo el nuestro, nos jactamos del nivel alcanzado de crecimiento; pero quedamos muy cortos cuando analizamos la parte distributiva; hay más riquezas; pero no están bien repartidas y no se analizan los costes de dicho crecimiento.

Desde mediados de la década de los 60, se desarrolla un interés por parte de los cientistas sociales de Europa por los problemas y los costes derivados del crecimiento económico, por lo que los hacedores de política económica se centran en el objetivo de mejorar la calidad de vida y con ella la conservación del medio ambiente. Un ejemplo de ello, lo encontramos en el Tratado de la Unión Europea que en sus principios programáticos establece que la comunidad tendrá  por misión promover un crecimiento económico sostenible y no inflacionista que respete el medio ambiente y la calidad de vida. En lo que se refiere a los medios para lograr estos objetivos, se recomienda una política en el ámbito del medio ambiente, que mejore los niveles en el área de la salud y dé  mayor protección a los consumidores.

Se ha evidenciado que bajo ciertas condiciones el crecimiento no sólo no soluciona los problemas ambientales sino que los empeora, por lo que éste  termina frenando el desarrollo. Esos estudios volvieron a poner en primer plano las premoniciones del Club de Roma, ya que la capacidad de los ecosistemas de amortiguar y absorber  los impactos ambientales es limitada. De la misma  manera, si bien la disponibilidad de recursos, como algunos minerales, por ahora no es un problema, está surgiendo escasez en otros antes impensados, como el caso del  agua  potable.

Este tipo de evidencias demuestra que las consecuencias del crecimiento pueden ser negativas en la dimensión ambiental si no se toman las medidas económicas, normativas e institucionales de prevención. Por cierto que bajo condiciones de regresión, estancamiento o reducido crecimiento, también pueden darse grandes impactos ambientales. Es que la gestión ambiental no puede reducirse a una gestión económica. Son necesarias ciertas herramientas económicas, junto a la construcción de un marco legal de protección ambiental.

Desde una perspectiva cristiana, se sostiene la tesis  que el hombre está llamado a ejercer dominio sobre la creación bajo la soberanía de Dios, y a la vez mantener una  solidaridad con la creación. Siguiendo esta tesis, es posible una  sociedad sustentable  técnica y económicamente. Tomando en cuenta que la transición hacia una sociedad sustentable requiere un cuidadoso equilibrio entre objetivos a largo y corto plazo, y más énfasis en la suficiencia, la equidad y la calidad de vida que en la producción. Exige, además, compasión, madurez y sabiduría más que aumento en la productividad y mayor tecnología.

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