Desarrollo sostenible, producción y consumo responsable

Desarrollo sostenible, producción y consumo responsable

En mi entrega del viernes 12 del presente mes traté el tema de la obsolescencia de los productos de consumo, lo que ha suscitado un gran interés entre varias personas que leyeron el artículo y que me sugieren aportar más conocimiento sobre este fenómeno.
Todos los lectores contaron una historia, al menos los de la red Facebook, que dan para escribir, más que suficiente, sobre la experiencia de las personas y familias que cada dos años deben cambiar sus aparatos porque la mayoría tienen un chip integrado para que se autodestruyan paulatinamente y usted deba cambiarlo.
Esa política de la obsolescencia programada ha comenzado a ser cuestionada por un nuevo tipo de consumidores, ahora con mucha más información sobre el deterioro del planeta, entre otras razones por el cúmulo de desechos sólidos que amenazan la vida de todos.
La preocupación no se limita a los consumidores, sino que es parte de los Objetivos de Desarrollo Sostenible de Naciones Unidas, que establece, entre otras de sus máximas, la necesidad “de garantizar modalidades de consumo y producción sostenible”.
Estos objetivos, aprobados en la Asamblea General de la ONU en septiembre del 2015, fijan los grandes bloques y las metas a lograr hasta el 2030.
Muchas de las metas que se establecen en ODS 12, tienen relación con aspectos relacionados con la obsolescencia de los productos como es: aplicar el marco decenal de programa sobre modalidades de consumo y producción sostenibles, con la participación de todos los países, bajo el liderazgo de las naciones desarrolladas y tomando en cuenta a las de menos desarrollo.
Estos objetivos implican, además, que para el 2030 se haya logrado una gestión sostenible y eficiente del uso de los recursos naturales.
También se plantea que dentro de tres años, o sea en el 2020, haya una gestión ecológicamente racional de los productos químicos y de todos los desechos a lo largo de su ciclo de vida, de conformidad con los marcos internacionales convenidos, y reducir significativamente su liberación a la atmósfera, el agua, el suelo y reducir al mínimo sus efectos en la salud y medio ambiente.
Otra de la metas para el 2030 es disminuir de manera sustancial la generación de desechos mediante políticas de prevención, reducción, reciclaje y reutilización.
Como vemos, este esquema de los Objetivos para el Desarrollo Sostenible implica una gran responsabilidad social de las empresas, los gobiernos y los países que se han comprometido en cambiar la forma de producción y consumo que hemos llevado y que han provocado el deterioro del planeta y el cambio climático.
Para ilustrar, un ejemplo: si la industria del plástico no cambia su producción, para el 2050 los océanos tendrán más plásticos que peces, porque la mitad del plástico que se fabrica se utiliza una sola vez.
El desarrollo será sostenible siempre y cuando las empresas, las corporaciones, los ciudadanos, los consumidores, pero sobre todo los países desarrollados, entiendan el compromiso que tenemos de legar un mundo libre de contaminación, en todos los sentidos, a las futuras generaciones.

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