Una promoción en un “cartel” colocado de pie en varios sitios de la capital exhorta a propietarios o responsables de vehículos de motor a poner al día el marbete correspondiente al año en curso (2013).

Se expresa exactamente así:

“Acelera y paga tu marbete 2013 a toda velocidad”.

Es una recomendación oficial imprudente, inoportuna.

La primera recomendación: /acelera/, y la última: /a toda velocidad/. Es decir, en el encabezamiento y en la rama, como la pirámide invertida.

Acelera es forma verbal imperativa, núcleo del predicado. El sujeto está implícito: tú o usted.

Esta forma se corresponde o se equipara, de mil maneras, con el significado o función del imperativo colocado al inicio del breve texto: acelera.

Algunas veces, al momento de elaborar un contenido, caemos en esas desviaciones. Puede ser corto, de menor o mayor importancia, pero puede adolecer de algún despropósito. Cualquier enunciación nos conduce a esa impropiedad, contrapuesta a la intención del mensaje, porque el contenido se ve afectado por expresiones: palabras, frases o sintagmas que arrastren errores que causen perjuicios considerables, y que la sociedad tiene que sufrir por inconductas de personas irresponsables que ocasionan multitud de daños a su paso por las vías de circulación.

Tengamos en cuenta que convivimos con desaprensivos que, a la hora de tomar un guía y echar hacia delante, no paran mientes más que en adelantarles a todos, llevarse por delante lo que encuentren. Conductores, afectados de un daltonismo mental, no reparan en semáforos, cruces de calles, marcas para la circulación regular, subirse a las aceras. Transitar sin placa, y no llevar luces en la noche.

Motocicletas y conductores sin los papeles requeridos; sin cascos protectores, sin cédulas, ni seguros, ni carnet para conducir. Manejar con una mano, hablar por el móvil o celular, ingerir bebidas alcohólicas mientras se conduce o haber bebido hasta embriagarse y otras tantas transgresiones…

¿Cómo le vamos a exigir, recomendar, ordenar, sugerir, pedir, requerir, reclamar, conminar a un as del volante o un supuesto Fangio dominicano que acelere /a toda velocidad/ para que obtenga, lo más rápidamente posible, el marbete que quizás nunca habrá comprendido por qué se lo exigen o por qué se lo cobran?

Un país donde la mortalidad por accidentes de vehículos de motor es la primera causa de muertes.

Sálvanos, Señor nuestro, pero sin prisa y sin aceleraciones torpes, imprudentes ni temerarias.