Saltarse el desayuno porque no se dispone de tiempo o como truco para perder alguna libra es una de las prácticas alimenticias más erróneas que se pueden seguir. Un buen desayuno es fundamental para poner en marcha el organismo tras el descanso nocturno (si no se desayuna, se mantiene el metabolismo de reposo al no elevar la glucemia ni la insulina).

Pero, a largo plazo, también incide en un aspecto tan importante como el sobrepeso: los índices de masa corporal y de obesidad son menores entre las personas que desayunan correctamente, según afirma el doctor Javier Aranceta, de la Unidad de Nutrición Comunitaria del Ayuntamiento de Bilbao.

[b]La ración ideal [/b]

¿En qué consiste un buen desayuno? Según el doctor Aranceta, debe incluir tres grupos de alimentos: lácteos (leche, yogur, queso, queso fresco, cuajada, requesón …), cereales (tostadas con aceite, cereales de desayuno, muesli) y frutas (fresca, zumo, macedonia, compota). El desayuno debe completar un 20 o 25% de la ración energética diaria.