Desbloqueo del “bloque progresista”

Desbloqueo del “bloque progresista”

La exigencia de los partidos minoritarios del “Bloque Progresista” al Presidente Fernández  para que defina si se repostulará en el 2012, constituye una evidencia de la asintonía que está primando en esa asociación.

Aunque ya el propio Presidente desde el exterior desairó esta petición de los minoritarios al declarar que el 2012 está muy lejos ante los agobiantes problemas presentes, resulta pertinente analizar las circunstancias que rodearon tal exigencia por cuanto atañe a la sustentación partidaria de la gobernación presente y futura de  la nación.

Independientemente que la reunión celebrada a este fin convocada por un funcionario que promueve la repostulación – recientemente nombrado para ocuparse de brindar un servicio público de vital importancia para la salud: el suministro de agua potable – haya terminado armoniosamente como señalan algunos, a rabazos como insisten otros, cuando no en peticiones de prebendas; la exigencia  contradice la posición del partido que los ha arrastrado y del gobierno que los mantiene.

Esto así puesto que mientras los minoritarios exigen definición, del mayoritario y del gobierno emanan señales evasivas y exploratorias que no se compadecen con esa exigencia.

Dentro del PLD prima la evasión del tema para  ganar tiempo y disipar la tensión soterradamente escenificada por la abierta aspiración presidencial de quien se dice controla el partido y el Congreso Nacional; por lo que su posición oficial es que el tema es extemporáneo, no está en agenda o es de competencia exclusiva de la organización a través de sus órganos competentes.

Desde el gobierno han emanado sucesivos globos del ensayo que prontamente se disipan como es el caso de la primera dama, el vicepresidente y varios ministros; señal que no está en el ánimo presidencial su repostulación y que se encuentra procurando respuestas armoniosas de sucesión.Por supuesto que los minoritarios tienen  derecho a trazar su propia trayectoria. Lo cuestionable sería el derecho de conminar al Presidente de todos los dominicanos y del partido mayoritario rector del Bloque al que se han adherido con la intención de precipitar decisiones que pudieran resultar contradictorias a las señales que el mandatario  debe estar tomando en cuenta al provenir de la sociedad y de sus poderes fácticos: potencias apoyando declaraciones opositoras, jerarcas eclesiásticos visitando locales opositores, empresarios reuniéndose y alabando contrincantes presidenciales.

Y no resulta ocioso recordar que estas exigencias de los minoritarios contradicen la Constitución que ellos contribuyeron a aprobar recientemente.

Nos encontrarnos pues en el umbral del desbloqueo del Bloque Progresista, que implica que la obligada exploración de otras fórmulas de sucesión presidencial que garanticen la mejor gobernación de la dominicanidad.

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