El ingeniero agrónomo Narciso Santana Silvestre planteó como causa del desbordamiento del lago Enriquillo la disminución de la capacidad reguladora de las presas, los diques y otras estructuras hidráulicas, por las toneladas de sedimentos que se generan en la cuenca del Yaque del Sur.
Santana, quien ha estudiado la región, consideró que la situación se ha agravado por la falta de adecuación de canales y drenajes del Valle de Neiba, compuesto por las provincias Baoruco, Independencia y Barahona.
Citó que el sistema del Central Barahona fue construido en 1916, y aunque se mantiene en operación, su eficiencia combinada de conducción y uso, no debe sobrepasar el 25%.
Sostuvo que lo mismo pasa con los canales San Ramón, Vicente Noble, Tamayo, Monserrat , el Aguacate y Cristóbal que son sistemas en tierra sin drenajes, que facilitan la infiltración rápida en el valle de Neiba de las inundaciones del Yaque del Sur y transportan hacia el Lago Enrriquillo escorrentías de las lluvias.
Recordó que en el 1973, el Instituto Nacional de Recursos Hidráulicos (INDRHI) contrató la firma italiana Italconsult para realizar estudios del Valle de Neiba, la laguna de Cabral y el lago Enriquillo, y de ahí se generaron varias recomendaciones para manejar las inundaciones provocadas por el río Yaque del Sur.
Entre las sugerencias estaban la rehabilitación del Aliviadero de Canoa, la construcción de un dique cinturón de la laguna de Cabral, de 10 metros de altura, para almacenar aguas de las crecidas del Yaque del Sur y mantener el Lago Enriquillo con un nivel estable. Asimismo, propuso incorporar 10,000 hectáreas de suelos del Valle de Neiba a la agricultura intensiva, con un sistema de riego presurizado.
Desconocemos por qué los sucesivos gobiernos, desde 1973 a la fecha, no han ejecutado los tres proyectos antes mencionados que Italconsult recomendó como imprescindibles para manejar las crecidas del Río Yaque del Sur, señaló Santa na Silvestre.
Sugirió que las autoridades reevalúen la factibilidad de esos proyectos, y en caso de que sean descartados, habría que plantear otras soluciones para mantener el nivel del lago Enriquillo a la altura deseada y controlar efectivamente las inundaciones.
Expresó que si en algún momento se pensó que las presas de Sabaneta y Sabana Yegua garantizaban la no ocurrencia de inundaciones en el Valle de Neiba, la realidad ha dado una respuesta contundente con el huracán George, en 1998, y la tormenta Noel del 2007.
Deforestación. Santana criticó que en todos los proyectos de construcción de presas y canales existen capítulos para la reforestación de las cuencas a intervenir, sin embargo, los contratos se concluyeron y nunca se asignaron los recursos económicos necesarios para reforestar las cuencas altas que alimentan esas obras hidráulicas.
Montegrande
Santana llamó a legisladores a revisar la licitación y los contratos de adjudicación de la presa de Montegrande, ya que la obra se localiza en la sección del cauce del Yaque del Sur, que tiene la tasa más elevada de producción de sedimentos, y en los diversos contratos de la obra principal no se contemplan acciones ni recursos para controlar la erosión. Cree con el proyecto se reiteran fallas cometidas en obras similares.