Descalabro de la fe y creencias religiosas

Descalabro de la fe y creencias religiosas

Fabio Herrera Miniño.

Tan solo hace 30 años estos días finales de la Cuaresma se destacaban en las sociedades latinas del mundo europeo y americano por una observancia personal de lo que significaba el sacrificio del Hijo de Dios en la cruz. Era que la Cuaresma, que culminaba en estos días finales del ciclo santo, presentaba a una sociedad conmovida por lo que se recordaba cada año del sacrificio del Hijo de Dios en la cruz y todo se ambientaba con la contrición de quienes juraban ante los altares que su vida cambiaría y amarían a sus semejantes.

Los integrantes de cada sociedad en países más organizados hacían toda clase de propósitos de enderezar conductas y promesas de acercamiento con los semejantes. Despejado y desvanecido el ambiente de recogimiento se volvía a la realidad de una sociedad agresiva y de los rencores que se guardaban a la espera de estallar. Se le daba rienda suelta al disfrute generalizado repletando cada sitio de esparcimiento en montañas y playas.

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De nuevo se volvía a la realidad de cada quien. Se encierran en sus esferas de confort y no dejan pasar las intenciones de amar al prójimo como dictaba el mandato divino. Los humanos vuelven cada uno a defender sus ambiciones y proyectos de acaparamiento donde con puños y dientes defienden lo que se ha arrebatado del bienestar general.

El egoísmo es ahora la supuesta virtud que se exhibe de las formas más diversas, donde cada quien no mira al vecino como un semejante. Ahora estamos viviendo el desgarramiento con los conflictos bélicos que asustan al mundo por la magnitud de los enfrentamientos y de como se destruyen las riquezas de ciudades en naciones y su paz queda derribada por los suelos ensangrentados que hasta hace poco tiempo eran lugares de disfrute de la vida.

En este Jueves Santo la paz mundial esta alterada y el mundo se atormenta y se asusta por las consecuencias en los pueblos que uno creía mas civilizados y no pensaban en despedazarse mutuamente lo cual era cosa del pasado. Judíos y palestinos están enfrascados en una guerra de exterminio mutuo donde los segundos ven como disminuyen sus probabilidades de sobrevivir y retornar algún día a sus hogares ahora destruidos. Los rusos y ucranianos sumergidos en una guerra de un dictador desquiciado que no tiene freno para asesinar a sus opositores y utiliza su enorme poder de fuego para destruir a un pueblo en una guerra absurda. Es el ultimo coletazo de las ambiciones de un dictador como un acto de la época del rabioso comunismo. Otras partes del mundo están enfrascadas en conflictos étnicos de imposible definición y solución llevando a pobres sociedades hacia su descalabro definitivo con miles de muertos que señalan a quienes se creen todavía con el derecho de aplastar a los demás.

Pero se tiene el consuelo de que las plegarias del día de hoy se elevarán hasta el Ser Supremo que tiene el destino de los humanos para frenarlos en su autodestrucción. Y es que no hay dudas que nada fue tan traumático como la muerte del Hijo de Dios en la cruz para la redención humana. Sin embargo el mundo no ha querido aceptar esa realidad divina que exaltada desde hace cientos de años no tiene asimilación en los vivos quienes prefieren destruirse en los campos de batalla alejando la paz en la Tierra.