¿Descalificación extemporánea?

¿Descalificación extemporánea?

La opinión personal de un secretario de Estado sobre un asunto oficial, necesariamente compromete la autoridad que representa. Vistas así las cosas, la opinión del secretario de Economía, Planificación y Desarrollo, ingeniero Temístoles Montás, en el sentido de que habría sido mal manejado el caso de la detección de gripe aviar en el país, parece una descalificación extemporánea en perjuicio de la capacidad técnica y la autoridad que sobre esta materia tienen los secretarios de Estado de Salud Pública y Agricultura.

La deducción de Montás parece inspirada en los efectos económicos adversos que este asunto ha tenido para las exportaciones de pollos y huevos hacia Haití, cuyo Gobierno se resiste, por razones menos sanitarias que políticas, a reconsiderar una prohibición en ese sentido.

Otra vertiente  que se deduce  de esta opinión es que, según parece, un buen manejo del caso habría sido el ocultamiento de la verdad, a pesar de compromisos locales e internacionales que ha asumido el país para un manejo transparente de los asuntos de Estado. Una reflexión como esta a un mes de haberse destapado el caso parece carecer de lógica, a menos que busque descalificar facultades o repartir culpas por los efectos de la divulgación sobre las exportaciones de pollos y huevos y el turismo. De cualquier modo la opinión no puede ser segregada del cargo de su autor.

Respuesta rápida ante el desastre
Los desastres naturales tienen efectos muy dramáticos sobre la vida humana. Por ejemplo, la tormenta Noel, que azotó el 28 de octubre, sacó de servicio 155 acueductos y luego (12 de diciembre) la tormenta Olga hizo lo mismo  con otros 56. La falta de agua potable, sumada a   muertes, destrucción de viviendas e infraestructura, pérdidas económicas cuantiosas, daños y, como siempre ocurre en estos casos, una seria amenaza epidemiológica,  configuraba un drama humano terrible, que no podía ni debía prolongarse mucho tiempo.

En apenas dos meses, el Instituto Nacional de Aguas Potables y Alcantarillado (INAPA) había puesto en servicio estos 211 acueductos, y  aprovechó la ocasión para actualizar y modernizar tomas, tuberías, reservorios, sistemas de bombeo y otras instalaciones, para ponerlas a tono con la demanda de servicio. Un  número considerable de estos acueductos habían quedado  arruinados. Se reconoce que hubo una respuesta rápida en momentos de desastre.

Publicaciones Relacionadas

Más leídas