Descansar en el Señor

Descansar en el Señor

POR  CLAUDIA  HERNÁNDEZ DE ALBA
Una de nuestras responsabilidades más difíciles es descansar en el Señor. La tendencia natural es hacer algo para continuar con nuestra agenda, pero un tercer requisito de este salmo prohibe actuar antes de que Dios lo indique.

Descansar puede sonar fácil, pero eso exige una valentía sobrenatural ya que, por nuestra debilidad humana, nos impacientamos. La preocupación nos aleja del gozo y la confianza en el Señor; por consiguiente, los tres requisitos están interrelacionados. Debemos disfrutar del tiempo que pasamos con Dios para confiar en Él y consagrarnos a Su voluntad; esta confianza es absolutamente esencial para descansar en su mano; y debemos estar dispuestos a descansar para deleitarnos realmente en Él.

Esperar con paciencia que el Señor actúe, es una de las pruebas más grandes de nuestra madurez espiritual. Cuanto más fuerte es nuestro deseo, más corta es nuestra paciencia. A veces que dictarle a Dios una agenda, pero experimentar el descanso esta en Su agenda. Solo Él entiende todas las circunstancias y sabe el preciso momento en que la respuesta a nuestra oración dará el máximo beneficio. Siempre que nos adelantamos a su divino itinerario nos arriesgamos a cosechar desengaños, sufrimientos y pérdidas.

Antes de que usted se levante de la cama cada día, diga una oración como esta: Padre celestial, te doy gracias por responder a los deseos de mi corazón. Hoy voy a deleitarme y descansar en ti, consagrarte todo a ti, comprendiendo de que todo esta bajo tu control. Y yo esperare tu tiempo perfecto.

A nadie le gusta esperar, porque implica que no tenemos el control. Ya sea que estemos en una cola de la caja del mercado o esperando a al compañía de electricidad, otra persona parece estar a cargo de la situación. Pero el pasar a la línea de la caja, nos permite pensar que tenemo el dominio sobre nuestra vida, algo muy importante.

No podemos como cristianos sacrificar un principio vital de una vida bendecida, hay que crecer en nuestra relación con Dios y aprender a esperar en Él.

Pausar para recibir nuevas instrucciones del Señor es esperar con determinación la intervención de Dios en nuestra vida. Mientras esperamos, Él esta actuando, preparando los corazones y dirigiendo las circunstancias. Podemos tener la absoluta confianza de que Él responderá de la mejor manera y el tiempo oportuno.

David sabía de esperar. Dios le prometió el trono de Israel, y luego permitió que se convirtiera en un fugitivo durante diez años. Acosado por el rey Saúl, David aprendió una valiosa lección: “Solo en Dios halla descanso mi alma” (Salmo 62:1). Pudo haber matado a Saúl en dos ocasiones, pero no lo hizo. Comprendió que controlar las circunstancias violaba la voluntad y el plan de Dios.

El aprender a hacer una pausa para recibir instrucciones divina exige dos cosas de nosotros. Primero, debemos ser sensibles a la voz de Dios, lo cual exige que leamos Su Palabra y le pidamos que Él hable a nuestro corazón. Segundo, debemos confiar en Él. Si esperamos en el Señor, recibiremos lo mejor que Él tiene para nosotros.

Claudiahdez_07@hotmail.com

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