Descendientes de Théodore Chassériau visitaron El Limón, en Samaná

Descendientes de Théodore Chassériau visitaron El Limón, en Samaná

Después del extraordinario éxito de la exposición “Chassériau, obras sobre papel”, magníficamente museografiada en el Centro León en Santiago, los 30 dibujos y 30 grabados de este artista se trasladaron a Santo Domingo, al Museo de Arte Moderno, con una respuesta excelente. Y no son pocos los que conocieron y reconocieron la muestra en ambas ciudades, pensando que difícilmente volverían a ver aquí obras originales del famoso artista francés, nacido en 1819, en El Limón, muy cerca de Samaná, cuya madre también nació y se casó en El Limón, guardando siempre la nostalgia del trópico. Por el “jus soli”, Théodore Chassériau pertenece a la tierra dominicana, Saint-Domingue entonces.

Definitivamente dejaron de ser el mito Chassériau y una página para la historia, para volverse  una realidad artística que hemos descubierto y disfrutado. Afortunadamente, el proyecto de una segunda exposición, más compleja, más documentada, se está estudiando y se ha iniciado con la visita de dos profesionales franceses, descendientes de Théodore Chassériau, a República Dominicana. 

Una visita bienvenida. Aunque el pintor, fallecido a los 37 años en el 1856, no se casó ni tuvo hijos,  él tuvo varios hermanos y hermanas, y la familia Chassériau tiene una amplia genealogía con múltiples ramas colaterales. Acaban de viajar a  República  Dominicana dos de sus descendientes, particularmente involucrados en la obra de Théodore Chassériau y la conservación de su memoria. Fueron invitados por la Embajada de Francia, en misión de reconocimiento, Nathalie Chassériau y Jean-Baptiste Nouvion.  La primera, con un parentesco de sobrina tercera, escritora y realizadora de cine, ha ido realizando una extensa investigación sobre el artista y su parentela, con metas de una serie documental. El segundo, primo de varias generaciones, economista, es el presidente de la sociedad de los “Amis de Chassériau”, agrupación abierta que tiene por fines la investigación, preservación y vigencia de murales, pinturas y dibujos de aquel creador romántico, situado entre Ingres y Delacroix.

Ambas personalidades ya están trabajando en el proyecto de la segunda exposición. Desde sus premisas, se ha emprendido, pues, una labor de equipo, comenzando por una amistosa acogida a los familiares del pintor. Llenando un programa intenso por cinco días, luego de una entrevista con el embajador Blandine Kreiss, un recorrido por el Santo Domingo secular, una visita al Centro León y otras citas culturales, ellos hicieron un verdadero peregrinaje al terruño natal de su ancestro, El Limón.

Fue el momento más fuerte y significativo de su estancia. A Nathalie Chassériau y Jean-Baptiste Nouvion les faltaron palabras –¡aun en francés!–  para calificar la amabilidad y la hospitalidad dominicana. Con emoción, ellos expresaron una profunda gratitud por la generosidad de sus anfitriones y las atenciones que les fueron brindadas. El economista, historiador e investigador Bernardo Vega –estudioso de Théodore Chassériau y su entorno epocal– y el arquitecto Eddy Guzmán, gestor del Cluster Turístico de El Limón, les recibieron en sus residencias y les guiaron por aquellos parajes, donde la memoria de Chassériau renacía y vibraba desde el pasado hacia los proyectos futuros.

El itinerario, especialmente preparado, se inició por una visita a la Escuela Théodore Chassériau en Las Terrenas, antena del liceo francés de Santo Domingo; continuó por una ceremonia de bienvenida y un diploma que entregó el Síndico del Distrito Municipal El Limón, siguió por la revelación de una naturaleza excepcionalmente frondosa,  y culminó por el recogimiento ante lo que debió ser el lugar de nacimiento de Théodore Chassériau y la finca de sus padres, con los vestigios –ya arqueológicos–  de ese hábitat. Por cierto, el plan de desarrollo a la vez turístico y ecológico, cultural y patrimonial, de El Limón de Samaná, llevado a cabo por el arquitecto Guzmán y sus colaboradores, va a integrar a toda la comunidad y piensa  establecer un centro museográfico Théodore Chassériau.

Los descendientes de Chassériau dijeron que ahora comparten plenamente la calificación de esa vegetación y topografía como mágica… que les ha maravillado ver al fin donde nació su pariente, y que ellos se sienten motivados para participar en los diferentes y plurales proyectos dominicanos en marcha, además de la gran exposición venidera en Bellas Artes.

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El historiador Emilio Rodríguez Demorizi escribió:

“Quizás algún día figuren por obra de algún samanés altruista, en la Sala del Ayuntamiento de Samaná o en su Biblioteca Pública, reproducciones de la obra del máximo artista del pincel nacido en la isla, en la modesta villa”.

(…) “Nadie olvida, pues, al estudiar a Chassériau, su raíz criolla, la sangre dominicana de la madre samanesa”

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