Descendientes de un compositor español reclaman autoría de la música del Himno Nacional

Descendientes de un compositor español reclaman autoría de la música del Himno Nacional

POR ANGELA PEÑA
La autoría de la melodía del Himno Nacional Dominicano, que siempre se ha considerado obra del maestro José Reyes, está siendo reclamada por los descendientes de J. Machado, un español que vino a la República Dominicana en época de la Anexión. Los familiares madrileños del que fue reputado músico de la Corona, enviaron la partitura del canto patrio, que es la misma compuesta por Reyes, pero con la firma de J. Machado, demandando esa gloria para su antepasado.

La exigencia data de 1993 cuando los extranjeros entregaron la documentación que avala la supuesta paternidad a Rosa Meléndez, entonces agregada cultural de la embajada dominicana en Madrid, quien a su vez la remitió a Manuel Núñez, ex director de Centromidca. Éste pasó el expediente a Ivonne Haza, que era Directora Nacional de Música y la dama delegó el estudio del caso en Julio César Paulino, el dominicano más entendido en asuntos musicales, entonces director del Archivo General de Música.

Varios años estuvo el antropólogo musical, clarinetista, maestro de armonía, solfeo, análisis, composición y orquestación, entre otras materias, comparando los manuscritos de José Reyes con la partitura que se dice escribió Machado, y concluyó que, pese a ser idénticas, el verdadero creador es José Reyes, por varias razones, pero no hay pruebas documentales que sustenten sus juicios pues el Archivo General de Música fue eliminado por las actuales autoridades de la Secretaría de Estado de Cultura y la mayor parte de su acervo, entre los que figuraba el análisis de Paulino, fue lanzado al vertedero de Duquesa.

A ese basurero, informó, fue a parar el único original que existía, ya desteñido y frágil, de las anotaciones, correcciones y apuntes que el ilustre músico y escritor dominicano fue realizando a su patriótica producción.

Julio César Paulino es una autoridad en etnomusicología que además de dirigir en dos ocasiones el Archivo General de Música, fue Supervisor Nacional de todas las escuelas de música del país y que es el único criollo que ha estudiado conservación y reparación de partitura musicales. Es también museógrafo y el informador de casi todos los investigadores extranjeros y dominicanos que andan en busca de datos en las áreas de música clásica, histórica y popular. También asesora “grabadorista”. Quedó jubilado al cerrarse la institución y ahora está dedicado a la investigación y redacción de varios libros sobre su especialidad.

El Informe

Desde que llegó a sus manos la documentación de España, que no sólo contiene la partitura sino otros datos referentes a la Anexión y a la presencia aquí de Machado, Julio César Paulino pensó que podría tener visos de certeza el convencimiento de los descendientes del español porque “si hablamos de la Anexión encontramos que hubo un activo movimiento musical durante el periodo l861-1865. En 1862 se formó el gran Coro de la Catedral, y ese músico, Machado, estuvo aquí en esa época”.

Al mes de recibir la orden de Ivonne Haza, que lo consideró el más autorizado para estudiar el asunto, se dedicó a recabar informaciones en archivos, bibliotecas, libros, y a los pocos meses ya tenía lista su conclusión. “Utilicé el método comparativo. El contralmirante Duquela, descendiente directo de la línea de José Reyes, me llevó una carpeta de documentos de música de su pariente, entre los que se encontraba la Romanza para atardecer, el Himno al Ayuntamiento y la partitura original del Himno Nacional Dominicano, de su puño y letra, de 1883. Entonces, lo que hice fue tomar la partitura que recibí de España y comparé la caligrafía musical, encontré que había una diferencia abismal”, explica.

Agrega que “hay un esbozo donde José Reyes comienza a elaborar lo que hoy conocemos como el Himno. Por ejemplo, la partitura que envían desde España, es idéntica a la que se hace en 1898, en el concurso patrocinado por el Listín Diario, donde Federico Henríquez y Carvajal le pone letras y José Reyes corrige el manuscrito, porque ese era el problema que se presentaba en la época, que la letra no tenía calidad. José Reyes la mejora, y esa es la que queda”.

Sin embargo, agrega, “cuando analizo la partitura de Machado me resulta igualita a la que se hizo en 1898, con unos trémulos que aparecen a mano izquierda, y por la factura completa, también idéntica, pero muy diferente, ambas, a la original de puño y letra de José Reyes. Esa partitura de José Reyes, como la de Federico Henríquez y Carvajal, estaban dentro del fólder, con el informe completo”.

Todo ese material fue sacado del Archivo, comenta, junto a docenas de partituras, miles de documentos. “Ahí estaba la historia de la música dominicana, ahí había de todo, como la colección completa de Cooper Smith, de 1844; la colección completa de Edna Garrido, de 1955; una colección completa de dos grandes trabajos hechos por venezolanos”. Una parte de ese patrimonio, según informes recibidos por Paulino, está en los sótanos de la Escuela de Arte de Bellas Artes, “pudriéndose”, con un conserje que a veces le da vueltas, le comunicaron.

En cuanto al reclamo de los españoles expresa que “el gran problema que tenemos, si ellos insisten, es que las pruebas que teníamos para demostrar que a partir de la grafía musical ese es nuestro Himno, con música de José Reyes, desaparecieron porque las autoridades ordenaron el traslado de ese material sin ningún tipo de criterio”.

-Pero a pesar de esa lamentable decisión ¿Cuál es su conclusión?-, se le cuestiona.

“A partir del himno de puño y letra de José Reyes, el himno es de José Reyes, no de J. Machado. Esa familia –significa- está esperando el informe de la República Dominicana en la embajada, porque eso es un problema a nivel diplomático”.

-¿Entonces ese J. Machado no tiene nada que ver con el Himno Nacional Dominicano?-

“Nada. Que aparece el nombre de él en la partitura dominicana, que ellos dicen que es de él. Y no es cierto. Es igualita, pero a la segunda versión. Cuando se compara con la primera de puño y letra de José Reyes, es muy diferente”.

Lo que se deduce es que J. Machado tomó la partitura final de José Reyes y le estampó su firma, se le observa. “Esa es la conclusión mía, a partir del análisis comparativo y la grafía musical”, responde don Julio César Paulino, que nació en San Juan de la Maguana el 14 de abril de 1950, donde tocó con las bandas de música Presidencial, de la Policía, de la Primera Brigada e inició lectura musical y clarinete y estudios de solfeo con el distinguido profesor Luis María Cárdenas.

-¿Cómo se explica la aparición de esta partitura en España?-, se le pregunta.

“Ahí está el problema de todo esto. Ni yo ni nadie sabe cómo sale a relucir eso allá con el nombre de ese señor, porque lo que se ve en la primera partitura de José Reyes es que el himno va evolucionando hacia lo que es la versión definitiva. Es José Reyes quien hace la transformación. El que fue evolucionando fue José Reyes, no Machado, sus originales de puño y letra no los conocemos. Mi planteamiento es que ese es el Himno de José Reyes, porque la primera partitura, de su puño y letra, de 1883, el acompañamiento de piano es muy diferente al que aparece en el 90 y pico, lo que quiere decir que fue evolucionando hasta que apareció publicado años después, ya definitivo, en el Listín Diario. Esa es la versión oficial de nuestro himno”.

Gracias a Dios, exclama, “que Duquela había entregado esos documentos antiguos y por medio de la caligrafía es que puedo comparar lo de Machado, que es muy diferente a la letra de la primera versión, que es la caligrafía de José Reyes, un esbozo hecho para piano, que no estaba terminado o pulido por completo. Lo de machado es la versión definitiva de José Reyes, que es la misma que se toca ahora pero, reitera, con la firma de él, de Machado. La primera versión del Himno Nacional Dominicano es diferente en el acompañamiento, lo que quiere decir que la de nosotros fue evolucionando, es de puño y letra de José Reyes. Ésta de Machado es el mismo himno, pero antes hay una versión que es la que va buscando ya su forma, una especie de borrador que se tocó el 17 de agosto de 1883”.

Lo que se tiene, concluye, “son los mismos himnos con diferentes firmas, pero hay una versión más antigua que las dos, de puño y letra de José Reyes, que fue botada cuando las actuales autoridades eliminaron el Archivo Nacional de Música. Era la que resolvía y aclaraba este asunto”.

Lamentablemente, don Julio César Paulino no se quedó con una copia de su informe oficial.

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