Barcelona (España).- Investigadores de varias entidades públicas españolas han logrado descifrar el genoma completo del olivo, lo que permitirá mejorar la producción de aceitunas y de aceite.
La investigación, que publica ayer la revista “GigaScience”, consiguió secuenciar por primera vez los más de 56.000 genes del genoma de un ejemplar de olivo de más de 1,300 años de antigüedad de la variedad Farga, una de las más importantes del este de España.
El olivo es uno de los primeros árboles que se cultivaron en la historia de la humanidad, seguramente hace unos 6,000 años, y es el árbol más emblemático del Mediterráneo, con mucha relevancia en la economía de España, Italia, Grecia y Portugal.
España es el máximo productor de aceite de oliva del mundo, con un tercio de la producción mundial, que es de tres millones de toneladas de aceite.
La investigación la llevaron a cabo expertos del Centro de Regulación Genómica (CRG) de Barcelona, del Real Jardín Botánico de Madrid (CSIC-RJB) y del Centro Nacional de Análisis Genómico de Barcelona (CNAG-CRG).
El jefe del grupo de genómica comparativa del CRG, Toni Gabaldón, explicó que hasta ahora se desconocía el genoma del olivo, que regula las diferencias entre variedades, tamaños y sabor de las aceitunas, por qué son tan longevos o las claves de su adaptación al secano.
Según Gabaldón, la secuenciación del genoma completo del olivo servirá para ayudar al desarrollo del árbol como a protegerse de las infecciones que causan estragos, como los ataques de bacterias (Xilella fastidiosa) y hongos (Verticillium dhailae).
“Es, sin duda, un árbol emblemático cuya mejora vegetal resulta muy difícil puesto que hay que esperar al menos 12 años para ver qué características morfológicas tendrá y ver si resulta o no interesante para hacer, por ejemplo, cruces”, añadió.
La investigación duró tres años y en la secuenciación de un genoma hay tres fases.
La primera es aislar todos los genes; la segunda, ensamblar el genoma, ordenar esos genes uno detrás de otro, como si concatenáramos frases sueltas de un libro. Y finalmente identificar todos los genes, es decir, montar el libro. Esas dos últimas fases son las que hemos realizado y presentamos ahora», dijo Pablo Vargas, investigador del CSIC en el Real Jardín Botánico
Además de la secuenciación completa del genoma del olivo, los investigadores también compararon el ADN de este árbol con otras variedades como el acebuche y obtuvieron el transcriptoma, es decir, los genes que se expresan para valorar qué diferencias hay en la expresión génica en hojas, raíces y frutos.
El siguiente paso, señalan, será descifrar la historia evolutiva del olivo, que forma parte de la vida de las poblaciones del viejo mundo desde que en la Edad de Bronce comenzara un proceso de “domesticación” a partir del acebuche en el Este del Mediterráneo que resultó en los olivos actuales, que pueden vivir hasta 4.000 años.