Descomposición familiar

Descomposición familiar

La familia no es sólo un conjunto de personas a las que les “tocó” nacer bajo el mismo techo (cuando han tenido la mejor de las suertes). La familia es mucho, muchísimo más que ver nacer, crecer, reproducirse y morir a una serie de personas con rasgos físicos y de personalidad a veces semejantes. Si bien es cierto que la familia no se escoge, es menester optar por ella y aceptarla con un acto de voluntad y amor.

Se puede afirmar que la familia es para la sociedad humana la más importante comunidad de educación y formación. Como el amor y el afecto son el principio vital de la familia, nace de ella una fuerza educadora sin igual que desarrolla la personalidad de sus miembros.

La familia es una comunidad natural de vida, es una unidad viviente de los padres con los hijos, que se origina en el matrimonio. Es la célula de la sociedad humana. Al ser humano sólo le es posible comprenderlo dentro del contexto familiar. Y por contexto familiar entendiendo un padre (hombre), una madre (mujer) y los hermanos.

La familia posee vínculos vitales y orgánicos con la sociedad porque constituye su fundamento y alimento continuo mediante su función de servicio a la vida.

Se da como pretexto la necesidad de los padres, muchas de las veces real, de estar fuera de casa a causa del trabajo. En cuanto a esto escuchamos que se habla solo de la calidad de tiempo con la familia, en lugar de cantidad, y la verdad es que ambos son necesarios. Por esto la importancia de que la sociedad a través de su gobierno sea capaz de crear empleos realmente bien remunerados de modo que los miembros de la familia no sólo se traten con prisas, sino que convivan, teniendo así el tiempo de educar y de favorecer a las relaciones entre los miembros de la comunidad familiar buscando que estén inspiradas y guiadas por la ley de la gratitud. Que se respete y favorezca la dignidad personal de todos y a cada uno como único título de valor que se acojan mutuamente en cordialidad. Que haya encuentro y diálogo, disponibilidad desinteresada servicio generoso y solidaridad profunda. La familia constituye el lugar natural y el instrumento más eficaz de humanización y personalización de la sociedad.

Queda claro, que es necesario, importante y urgente atender a la familia. Con esto no me refiero a hacerla más chiquita, como desde hace un tiempo tratan de hacer, sino de darle lo necesario para que esta crezca y se desarrolle en todos los aspectos, pues el mundo necesita de su gente para crecer, necesita de niños, de jóvenes y de adultos bien formados, que con su alegría, con su entusiasmo logren crear un mundo de valores, donde reine la justicia, la honestidad, la seguridad, la solidaridad.

Si esto se promoviera, los presidentes, los diputados, los senadores, los policías, los servidores públicos, los abogados, los maestros, los vecinos, los compañeros de trabajo, los compañeros de la escuela provendrán de familias integradas que asegurarán el comportamiento adecuado y educado de los entes de nuestra sociedad. Solo así podremos tener el mundo que todos soñamos y qué queremos ver.

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