SANTIAGO.  Familiares  y vecinos de un  hombre asesinado ayer de siete balazos por desconocidos en  esta ciudad  atribuyeron el crimen  a la  delincuencia desmedida que azota a esta sociedad  desde  hace varios meses.

 Antonio Vargas Espinal, recibió   siete disparos mientras se encontraba  a la  entrada de la urbanización El Embrujo, en la cual hacía más de  ocho años vendía todas clases de víveres en una camioneta.

Los vecinos dijeron que escucharon los disparos, pero que no se dieron cuenta  quién realizó los disparos, y  cuando  fueron en su  ayuda, su hijo menor de 8 años, que siempre lo acompañaba, gritaba que su padre estaba herido.

Vargas Espinal estaba dentro de su camioneta con su hijo, al  que, según se indicó,  abrazó para que no lo mataran,  y un haitiano que trabajaba con él, quien recibió un disparo en la frente. 

Entrevistado en la morgue del Hospital Regional Universitario José María Cabral y Báez, el   hijo mayor de hombre asesinado,  Jefersson Vargas  manifestó que su padre era  un hombre tranquilo y que no tenía problemas con ninguna persona.

“Yo no vivía con él, pero sé que era  un hombre de no  buscarse problemas, siempre fue muy trabajador”, expresó   Jefersson.

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Haitiano herido

 El haitiano que resultó herido,  cuyo nombre no fue obtenido, se encuentra estable en el hospital José María Cabral y Báez.

Disparos a quemarropa

    Dicen testigos que ambos  fueron baleados a quemarropa. La Dirección Regional Cibao Central de la Policía, inició una investigación sobre el  hecho, pero señaló que hasta ahora se desconoce el móvil del   crimen. Una  hermana  de la víctima, Briceida Mejía Espinal, califico el  hecho  “horrible”.