SANTO DOMINGO (AFP).- Compra de cédulas, apresamiento y deportación de votantes, voto de menores, sumas falsas … la cultura política en República Dominicana tiene en los fraudes electorales una huella profunda que data de la era de los caudillos históricos, como Leonidas Trujillo y Joaquín Balaguer, pero a la cual no escapa ningún actor político.

El recuento es parte de la cartilla de entrenamiento que reciben vigilantes electorales de parte de organismos no gubernamentales que buscan abolir la cultura del fraude.

[b]En la fase de votación[/b]

1. El carrusel o la votación múltiple: apropiación de más de una boleta, sustitución de electores, repetición del voto en el mismo colegio, irregularidad del padrón, falsificación de cédulas, falta de tinta indeleble.

2. El votante perdido o la abstención forzada: compra de cédulas, eliminación de electores o dislocación del padrón, apresamiento y deportación de electores extranjeros, alteración del orden público, politización de autoridades.

3. El voto esfumado o limitación del sufragio: anulación del voto, observación del voto.

4. Los que no estaban invitados: votación de militares, complicidad de la votación de menores de edad, gracias a la ausencia de un registro civil sistematizado.

[b]En la fase de escrutinio[/b]

1. La mano que altera el escrutinio: irregularidades en el acta y sumatoria inexacta de los votos.

2. Metamorfosis de resultados: alteración de actas de escrutinio, sustitución de actas por falsas.

3. El escrutinio fantasma: destrucción u ocultamiento de actas, todo mediante la complicidad de los delegados o miembros del colegio electoral.

[b]En la fase de transmisión de resultados[/b]

1. Los alquimistas del computo alterado: alteración del sistema de escaneo y recepción de las actas electorales, inclusión de agentes externos.

2. Prestidigitadores, la manipulación del cómputo electoral: alimentación inadecuada del sistema de cómputo electoral, complicidad en el centro de cómputos, ausencia de reglamentos.