Describen traumas de Villas Agrícolas

Describen traumas de Villas Agrícolas

POR GERMAN MARTE
Los choques entre bandas, las disputas por controlar puntos de drogas y los líos por algún “tumbe” son parte de la cotidianidad en el sector Villas Agrícolas donde, según los pocos vecinos que se atreven a hablar, “se vende y se consume más marihuana, cocaína y crack que leche”.

Villas Agrícolas es peor que Capotillo antes de que las autoridades intervinieran el sector, dijeron amas de casa que reclaman a las autoridades extender el Plan de Seguridad Democrática, tal como han prometido las autoridades.

“Eso es de repente que vienen y disparan bin blan, bin blan, y uno tiene que trancarse en su casa para que no le den; mira ahí, una mujer embarazada y su mamá heridas y nadie sabe quién fue. Siete heridos y nadie sabe quién los baleó”, expresó Miguel Brea, plomero.

Asimismo, la comerciante Annetty Montaño dijo que las frecuentes balaceras afectan a los pequeños colmados, que se ven obligados a “cerrar en bola de humo, sin saber de dónde vienen los tiros; a veces uno tiene dos o tres gentes ahí sentadas y tienen que salir huyendo, sin uno saber qué pasó”. Añadió que en el sector “siempre suenan tiros y nadie sabe de dónde”.

Las víctimas más recientes de la ola de violencia vinculada a las drogas son Junior Linares Mota, de 19 años, Víctor Reynoso Acosta (El Mocho), de 29, Alexander Trinidad de los Santos, de 21, así como los menores Jorge Luís García de 15, Jarolín Peña de 13, Leyda Borges, de 42, y Bertha María Borges de 16 años (embarazada). Todos resultaron heridos de bala el domingo pasado, a las cuatro y media de la tarde, cuando dos supuesto miembros de la banda de Nino Cuboy, armados con una metralleta Uzi que ocultaban debajo de una toalla, llegaron a bordo de un motor Yamaha RX 115 hasta la calle Diagonal esquina Evaristo Morales (32) en busca de El Mocho, quien supuestamente había participado en la muerte de su extinto líder hace unos meses.

Testigos dijeron que los agresores, aún sin identificar, dispararon sin tomar en cuenta que en el lugar había un gran número de personas presenciando un partido de baloncesto en una cancha improvisada en medio de la calle, puesto que en el barrio no hay instalaciones deportivas.

“Aquí se vive una vida mal. Muchísimos problemas con la gente de la 42, con la gente de Villa María, Villa Consuelo, Villa Juana”, manifestó el joven Juan Carlos.

Explicó que el problema con los de la 42 es que a Nino Cuboy lo mataron en Villas Agrícolas, en tanto el choque con los narcotraficantes de Villa Juana se debe a que los del barrio mataron a uno que le llamaban “El Menor”.

Ligia Lorenzo, quien estaba en la esquina donde se produjo la balacera en que resultaron heridas las siete personas, dijo que en el lugar había un juego de baloncesto y cuando terminó muchos se quedaron conversando. “Entonces vinieron unos delincuentes en un motor y yo dije: ¡Ay, cuidado quítense! Entonces ellos tiraron, el de adelante dijo tira como quiera. Había un carro rojo ahí parado. Por el carro rojo no mataron a un mocho, por eso no lo mataron”, explicó la joven.

De su lado, Domingo Patiño consideró que en Villas Agrícolas hay que instalar por lo menos dos destacamentos policiales para poder controlar la delincuencia que le afecta.

Manifestó que en el barrio hay muchas armas y muchas drogas, “es la maldita droga que está metía por aquí. Le dije la verdad, hay que acabar con la maldita droga que existe en este barrio lo que tiene esto así”.

AUTORIDADES INCOMPETENTES

Por lo bajo, la gente comenta la “complicidad” de los agentes encargados de combatir la delincuencia, “esto se jodió mi hermano, aquí la policía le tiene miedo a los tígueres, porque parece que están mejor armado y algunos hasta cogen su borona”, dijo un señor que pidió el anonimato.

Afirmaron que el problema se expande sin que las autoridades se muestren competentes para enfrentarlo y detenerlo de manera eficaz, por lo que demandaron del gobierno intervenir cuanto antes para evitar que sigan ocurriendo hechos como los del domingo, en el que siete personas resultaron heridas en medio de una balacera por asuntos de drogas.

Para Israel Ramírez, esposo de Lidia, una de las personas que fueron baleadas el domingo, dijo que el papel de la Policía Nacional y la Dirección de Control de Drogas es nulo, “eso nada más son muchos bultos. Cuando pasan en su guagua se llevan a la gente seria y a los que saben que son delincuentes no los arrestan. Hay un grupo de muchachos jugando ahí lo agarra a todos, sin embargo cuando agarran a un delincuente lo sueltan al doblar la esquina”.

DROGAS Y TIROS DE DIA Y DE NOCHE

Antes, en Villas Agrícolas la droga se vendía discretamente, pero hoy, sin embargo, se trafica a plena luz del día y delante de cualquiera, “aquí se vende más drogas que arroz y que leche”, dijo un comerciante que pidió reservas de su nombre.

Indicó que en cualquier esquina o callejón es un punto donde se vende marihuana, cocaína o crack, las tres drogas más populares en este sector y barrios aledaños.

Del mismo modo, los tiroteos están a la orden del día. Pues en el barrio hay muchas armas en manos de bandas de narcotraficantes que a menudo se enfrentan entre si.

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