Descubra el calabacín

Descubra el calabacín

Pese a que en los supermercados del país la libra de calabacín se comercializa a un precio similar al de otras verduras, los dominicanos aún no tienen la costumbre de consumirlo, por lo que su ingesta queda confinada a aquellas personas que le encantan los vegetales o están sometidas a un régimen dietético.

Otro factor de importancia a tener en cuenta, a juicio de los expertos, es su alto poder nutricional. El principal elemento compositivo del calabacín es el agua, por lo que es muy recomendable para quienes buscan alimentos con el fin de controlar su peso.

En cuento al aporte vitamínico se destacan la vitamina C y A, que ayudan a equilibrar el metabolismo celular. Entre los minerales que posee sobresale el potasio; además, es rica en ácido fólico y proteínas.

A diferencia de otras verduras, el calabacín contiene un tipo de fibra que suaviza y desinflama la mucosa del aparato digestivo.

También se destaca, respecto al resto, por su mayor contenido en magnesio y sodio (responsables en parte de su marcado sabor), yodo, hierro y calcio.

En fin, se trata de una de las verduras con más virtudes nutritivas y que por demás admite “mil formas de preparación”, algo que ya era apreciado por nuestros antepasados.

El calabacín es absolutamente versátil. Posee un sabor suave y semi dulce, que se confunde con el de la nuez, según los conocedores.

Crudo se usa en ensaladas, pero cocido puede convertirse en un rico relleno o, a la vez, combinar perfectamente con carnes, arroz, tomate, cebolla, cilantro, pastas, mariscos y vegetales.

Algunos expertos culinarios lo recomiendan salteado con mantequilla y pimienta o cocido para elaborar sopas y cremas, pero, también, el calabacín se puede gratinar al horno, freír en tortilla, preparar guisos o simplemente llevarlo a la mesa como guarnición.

Como bien relata el fascículo denominado “Frutos de la Tierra”, editado por el Grupo Editorial Norma, el calabacín es el fruto de una planta anual rastrera, que pertenece a la familia de las cucurbitáceas, la cual crece y se reproduce rápidamente en prácticamente cualquier terreno y clima, con excepción de los que resultan muy fríos. Esta familia comprende unas 850 especies de plantas que producen frutos grandes y protegidos por una corteza firme. Frutas tales como la sandía y el melón pertenecen a esta misma familia, junto con hortalizas tan comunes como el pepino o la calabaza.

Una flor saludable

Las flores del calabacín y de la calabaza común son las que más se emplean en países como Venezuela, España, Colombia, Paraguay y México. En Paraguay, por ejemplo, es muy común el Kiveve, una receta típica elaborada a base de calabaza mezclada con aceite y leche. En México se llama calabacita y el redondo recibe el nombre de calabazete; en Argentina se conoce como zapallito o zucchini, esto debido a la influencia italiana.

Las diferencias entre las variedades de calabacines son insignificantes. Éstas se distinguen básicamente por la forma, color y textura de la piel. Entre los de la forma alargada –parecida al pepino– se encuentran el calabacín de piel lisa y ligeramente dura.

El más común es alargado, verde por fuera y blanco por dentro, pero también los hay de piel amarilla, a rayas o jaspeada, casi siempre comestible. El calabacín es, en realidad, un tipo de calabaza, como su propio nombre lo indica.

Su origen no está del todo claro, pero parece proceder de Asia. Su nombre aparece entre las hortalizas citadas por egipcios y existen pruebas de que también eran conocidos por los romanos.

Otras fuentes atribuyen su origen a la América precolombina, concretamente en la zona de México, siendo una de las especies que introdujeron los españoles en Europa, durante la época del descubrimiento.

Procede de una planta pelosa, de hojas verdes, redondeadas y lobuladas, que hoy en día se cultiva en la zona del Mediterráneo, Holanda, Estados Unidos, Francia y Gran Bretaña.

CÓMO ELEGIRLO Y CONSERVARLO

Cuando se compran calabacines deben seguirse diferentes criterios de calidad. Se elegirán aquellos ejemplares que sean firmes al tacto, compactos, pequeños o medianos, sin manchas en la piel y pesados en relación con su tamaño.

Es aconsejable rechazar calabacines grandes porque suelen tener demasiadas semillas y una carne menos tierna.

La intensidad del verde que presente su piel no influye en la calidad de la carne, ya que éste depende de la variedad a la que pertenezca el calabacín.

El calabacín puede conservarse en la nevera en buenas condiciones durante una o dos semanas.

También se pueden conservar los calabacines congelados, siempre que con anterioridad se escalden en agua hirviendo durante unos tres o cinco minutos.

Recetas
Frittatas de calabacín y mejorana

Ingredientes
12 huevos
1calabacín verde grande
1 calabacín amarillo grande
2 cucharadas de mejorana troceada
250 gramos de queso holandés rallado
Sal al gusto
Aceite para freír

Preparación:

Corte los calabacines en cuadros pequeños. Bata los huevos con un tenedor, añada los calabacines, el queso rallado y la mejorana, mezcle bien. Divida la mezcla en seis partes iguales y fría, una por una, cada frittata en una sartén de teflón con un poco de aceite.

Arroz con calabacín

Ingredientes:
1 kilo de arroz
1 calabacín amarillo grande
1 calabacín verde grande
250 gramos de arveja desgranada
1 lata de maíz tierno
1 cebolla cabezona finamente picada
3 dientes de ajo picados
2 cucharadas de curry
1/4 de taza de aceite vegetal
2 tazas de agua por cada taza de arroz
1/2 taza de almendras trituradas
1/2 pimentón cortado en tiras finas
Sal al gusto

Preparación

Cocine las arvejas en agua con sal. Aparte, saltee la cebolla y el ajo en el aceite caliente. Añada el arroz y el curry, revolviendo constantemente hasta que el arroz tome un tono nacarado. Vierta 2 tazas de agua por cada taza de arroz y deje que éste se cocine. Mientras tanto, saltee los calabacines cortados en dados, las arvejas y el maíz. Mezcle muy bien las verduras con el arroz. Decore con tira de pimentón rojo y almendras trituradas.

Crema de calabacín

Ingredientes:
2 calabacines verdes grandes
2 calabacines amarillos grandes
1 cebolla cabezona
4 dientes de ajo
8 tazas de consomé de pollo
6 cucharadas de mantequilla
1/2 taza de jugo de lima
Sal y pimienta al gusto

Preparación:

Corte los calabacines y la cebolla en trozos  grandes. En una olla, saltéelos en mantequilla junto con el ajo.

Agregue el consomé, así como sal y pimienta al gusto. Deje hervir y tritúrelo junto al caldo en la licuadora. Pase por un colador, rectifique sazón y añada el jugo de lima. Decore con bastones de calabacín.

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