Descubren arsenal en Irak

Descubren arsenal en Irak

BAGDAD (EFE).- El Ejército estadounidense desmanteló un amplio y bien acondicionado búnker, repleto de armas, que los rebeldes utilizaban como centro de operaciones en la provincia de Al-Anbar, corazón de la insurgencia en Irak.

   El complejo, camuflado en el interior de una colina rocosa vecina a la localidad de Karmah, a unos 80 kilómetros al oeste de Bagdad, medía 155 metros de ancho y 251 de largo y disfrutaba de aire acondicionado y un frigorífico con comida fresca.

   «Estaba compuesto de cuatro habitaciones amuebladas, una cocina y dos duchas. En otras estancias se hallaron gran cantidad de armas y municiones», explicó un portavoz de la Segunda División de Marines, que combate a los insurgentes en la zona.

   Entre el armamento incautado, los soldados descubrieron «varias ametralladoras, cohetes antitanque, proyectiles de mortero y lanzagranadas, además de uniformes negros, máscaras, libros de ruta, prismáticos de visión nocturna y teléfonos móviles con la batería cargada», agregó.

   El mando militar norteamericano no indicó, sin embargo, si durante la operación se entablaron combates o se practicaron detenciones en el búnker y sus aledaños.

   El área de Karmah se extiende entre Faluya y Ramadi, ciudades que desde la caída del régimen de Sadam Husein se han convertido en el epicentro de la insurgencia contra la ocupación.

   La operación estadounidense coincidió con una redada del Ejército iraquí cerca de la conflictiva localidad de Latifiya, ubicada al sur de Bagdad, durante la que fueron arrestados 108 sospechosos, la mayoría de ellos radicales suníes.

   La acción iraquí formaba parte de la ambiciosa ofensiva antiterrorista «Relámpago», lanzada la semana pasada por el nuevo Gobierno iraquí con el objetivo de erradicar la violencia en la capital y sus alrededores.

   El Ejecutivo publicitó la ofensiva como la más ambiciosa que las Fuerzas Armadas iraquíes emprendían sin compañía de efectivos norteamericanos desde la caída de Sadam Husein.

   La redada de Latifiya puso de manifiesto, sin embargo, el grado de dependencia logística que las tropas iraquíes tienen del Ejército norteamericano.

   Según fuentes estadounidenses, el jefe del operativo iraquí requirió la ayuda de la fuerza aérea de Estados Unidos para registrar un área de palmerales y cultivos propicia para las emboscadas.

   La inexperiencia de las nuevas unidades iraquíes obligó a que unidades de los marines participaran en la redada, lanzada en una región del país conocida como el «triángulo de la muerte» por la cantidad de ataques insurgentes que registra.

   Aún así, el ministro iraquí de Interior, Bayan Yabur, volvió a hablar de éxito, ya que según sus cifras en los últimos siete días han sido arrestados más de 700 sospechosos y muertos cerca de una treintena de insurgentes.

   Pese a ambos operativos, este domingo también fue escenario de diversos atentados.

   Al menos un soldado iraquí murió y tres resultaron heridos al hacer explosión un artefacto de fabricación artesana detonado al paso de un convoy militar en el barrio Sukar, en Mosul, informaron fuentes policiales.

   Una hora después, se desató un tiroteo en la misma zona entre insurgentes y fuerzas de seguridad, en el que murieron tres civiles, agregaron las fuentes.

   Además, una mujer policía fue asesinada a tiros en el barrio de Amin, en el este de Bagdad, mientras que Ahmed Kamal, un ciudadano egipcio con nacionalidad estadounidense, murió en el acto después de que un grupo armado le disparase en el barrio de Ameriya.

   Distinta suerte corrió Mohamed al Azaui, director de Policía de la zona Bohruz, al noreste de Bagdad, quien salió ileso de una intento de asesinato en el que uno de sus guardaespaldas murió y otro resultó herido.

   Por otra parte, el muftí de Australia, Taj Aldin Alhilali, reveló que pudo ver «cara a cara» a Douglas Wood, el ingeniero de su país secuestrado en Irak desde finales de abril.

   Alhilali, que se trasladó días atrás a Bagdad para mediar en la liberación de su compatriota, aseguró que Wood está vivo y que su estado de salud es «relativamente bueno», explicó hoy el representante de la Federación de Consejos Islámicos en Australia, Ikebal Paktel.

   Paktel relató a la televisión local «Seven Network» que Alhilali le indicó, por teléfono, que los secuestradores del ingeniero proporcionan al rehén los medicamentos necesarios para tratar su problema cardíaco.

   Se cree que Wood, de 63 años, fue secuestrado por miembros del Consejo Consultivo «Muyahidín» de Irak, que exigieron la retirada de los 850 soldados que Australia tiene en Irak.

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