Descubrir un nuevo cuerpo

Descubrir un nuevo cuerpo

La tierra es insultada y ofrece sus flores como respuesta.
Rabindranath Tagore

Con la fuerza del sol en tauro, el 22 de abril se celebra el día de la Tierra. Los signos fijos, como tauro, vienen después de la apertura de una estación. En ellos, la energía se concentra y llega al punto más alto. La primavera tiene una gran fuerza para guiar nuestra mirada hacia la vida.Es la estación de los brotes, la reposición, y la renovación. La Madre Tierra nos entrega su fuerza, permitiendo que nuestras semillas vean la luz.

Para la cosmovisión indígena, la Tierra es la Madre. La palabra madre alude a la causa, raíz u origen de donde proviene algo. La madre es la fuente de toda bendición. Ella es la gran maestra, el vínculo que nos une con la vida y los cambios propios de ella.Este año, el día de la Tierra coincide con el término de la pascua judía (Pésaj) que inició el pasado 15 de Abril.

Para los cabalistas, la mayoría de la gente es prisionera de su ego. El ego nos debilita para mantenernos bajo su control con pensamientos que nos alejan de la Luz: “No puedo hacerlo”, “por qué tendría que tener yo esto”, “no soy lo suficientemente bueno”, “no puedo confiar”, “no puedo equivocarme”, “no debería esto o aquello”, “a mi edad no es fácil…”

Pésajconmemora el final de la esclavitud con el Éxodo de Egipto, una redención inesperada.La ventana en el tiempo conocida como Pésaj, es el tiempo donde más fuerzas están disponibles para liberarnos a nosotros mismos de la prisión en que nos hemos auto encerrado, al darle la autoridad a nuestro ego.

Este día 22 tenemos doble porción de fuerzas. Es el regalo que nos llega con el 2014 ¿recuerdas? 7 es el número de la bendición para crear, y ¡el 14 es dos veces 7! Aprovecha este día para hacer una profunda conexión con la Tierra. Descúbrete de nuevo en el cuerpo de la Madre. Conectar con la fuerza de la tierra es lo mismo que sintonizar con nuestro propio cuerpo. Comparto contigo tres practicas potentes que utilizo:

1-Baño de barro.

Tomo barro y me cubro todo el cuerpo con él. Lo dejo secar al sol y siento la presión que ejerce la “tierra vieja” en mi cuerpo. Luego, cuando siento las fuerzas para soltar todo lo que me ha “secado”, me baño (mejor si es en el mar). Restrego el cuerpo, liberándolo de todo lo que lo oprime. Renazco en las aguas y siento la libertad que me da la humedad. Al salir del agua, agradezco a mi nuevo cuerpo por permitirme expresar el espíritu en mí.

2-Airear nuestro cuerpo.

Esta forma de conexión es a través de la respiración. Aireamos nuestro cuerpo, de la misma manera que se oxigena la tierra en el arado antes de sembrarla. La respiración lenta, pausada y profunda, tomando aire por la nariz, liberándolo amorosamente por la boca, nos permite preparar el cuerpo para la siembra y nutrición de las semillas. A medida que el aire ingresa a nuestro cuerpo, vamos imaginando el oxígeno como partículas de luz que van iluminando nuestro interior. En el caso que encontremos sectores oscuros en nuestro viaje interior, seguimos respirando hasta que esos lugares se iluminen.

La oscuridad es falta de luz, no existe por sí misma.A medida que respiramos, vamos a llenar de luz toda la materia que compone nuestro cuerpo. Si hay algún lugar al que le cuesta oxigenarse (iluminarse), enfocamos nuestra atención en ese lugar, respiramos y visualizamos que el aire que tomamos va al lugar donde la energía está trabada. Nos enfocamos en esos puntos hasta que logremos la iluminación total de nuestro cuerpo.

3- Abrazar un árbol.

Los árboles son portadores de los mensajes de la madre Tierra.Desde la antigüedad, los sabios han conocido que cada árbol alberga un espíritu que le confiere una fuerza determinada, una energía que le da un poder genuino y exclusivo, según a la clase que pertenezca. Buscar un árbol saludable, abrazarlo y sentir su energía, ¡vitaliza nuestro propio cuerpo de un modo asombroso!

Al abrazar un árbol, es posible absorber su fuerza, establecer un saludable contacto con el poder de la naturaleza, entregarle nuestro dolor para que lo transforme, sintonizarnos con nuestras raíces, tomar recursos para sanarnos, relajarnos, fortalecernos, cargarnos de energía vital y/o reparar nuestra sintonía con la vida.

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