Descuido imperdonable.- Lo primero que hay que preguntarse, tras lo ocurrido en Las Terrenas, es cómo pudieron llegar las cosas tan lejos como llegaron, y la respuesta es tan obvia que se cae, como quien dice, de la mata: el imperdonable descuido de las autoridades, que permitieron que la empresa eléctrica Luz y Fuerza fijara tarifas abusivas, las más caras del país, a sus clientes, que al parecer no tienen quien les defienda ni proteja. Ese descuido imperdonable degeneró en indolencia criminal cuando también permitieron que la pugna de los accionistas por el control de la empresa, a lo que se atribuyen los sabotajes y daños a postes y redes de transmisión, degeneró a su vez en una auténtica insurrección popular que dejó un saldo de tres personas muertas, decenas de heridos y lesionados, y pérdidas millonarias al turismo de la zona. Tras cuatro días de disturbios callejeros y quema de neumáticos Las Terrenas fue finalmente militarizada, y ya se puede decir que está tranquila, y mas que nada deseosa de recuperar la normalidad. Y así parece que será, pues el Gobierno, a través de la Superintendencia de Electricidad, anunció la solución al conflicto, pues dice que arribó a un acuerdo con entidades de la provincia mediante el cual se compromete a propiciar la interconexión de Las Terrenas al Sistema Eléctrico Nacional Interconectado. Pero ya el daño está hecho, y la excusa de que se trató de un conflicto privado entre dos socios que le escuché a un portavoz del gobierno, a modo de justificación de la tardía reacción oficial, no es aceptable, pues ese pleito privado trastornó severamente un servicio público y el derecho que tienen a recibirlo los residentes en Las Terrenas y los hoteles y otros negocios que operan en la zona. Ojalá que la “solución” anunciada al problema del suministro de energía sea definitiva, pues esa comunidad, que vive del turismo, no puede darse el lujo de repetir el desagradable espectáculo de hace unos días, ni las autoridades de permitirlo.