En la población dominicana predomina un índice muy elevado de afecciones gastrointestinales.

Es una situación sobre la cual han formulado reiteradas advertencias especialistas médicos y sus organizaciones.

Ahora la Sociedad Dominicana de Gastroenterología ha hecho señalamientos específicos sobre esta materia.

Por ejemplo, ha solicitado al Gobierno que mejore sustancialmente la calidad del agua potable y elimine los vertederos de desperdicios en lugares no adecuados.

Nosotros añadiríamos otros renglones sobre los cuales es necesario que el Gobierno ejerza controles sanitarios.

Aquí cualquiera procesa y vende agua «purificada» y se ha generalizado un mercado que ha terminado por perjudicar no solo a la población, sino también a las plantas que realmente observan las reglas sanitarias.

Aquí se manipulan en gran escala y de manera inadecuada alimentos que son servidos en puestos fijos o llevados a empresas por medio de «deliverys» motorizados.

Los puestos de frituras, que exhiben su mercancía a cielo abierto y que reciclan aceites más allá de lo permisible, constituyen una parte del grave problema de descuido sanitario que padecemos.

-II-

Las consecuencias más conocidas de este descuido sanitario son la abundancia de microbios patógenos como ameba, helicobacter pylori, salmonera y otros que acarrean graves trastornos de salud a quienes son contaminados.

Los registros de patologías gastrointestinales, incluyendo variados tipos de úlceras, divertículos, afecciones del colon y cáncer, indican que hay una alta exposición a microbios que provocan estos trastornos.

Aquí realmente hay un grave problema de contaminación por manejo inadecuado de aguas y alimentos, y por la abundancia de basura orgánica y química en lugares inadecuados.

Por eso es oportuno el llamado de la Sociedad Dominicana de Gastroenterología, para que el Gobierno intervenga en el mejoramiento de la calidad del agua que consume la población y para que haya una mejor disposición de los desperdicios, sobre todo los orgánicos.

No es la primera vez que se insiste en este tema, y aspiramos que la alarma de la Sociedad Dominicana de Gastroenterología no sea pasada por alto e ignorada, como ha pasado en otras oportunidades con quejas similares de otras entidades especializadas.

Es necesario inspeccionar con mayor rigor la manipulación y expendio de alimentos. Aquí funcionan decenas, quizás cientos, de establecimientos sin registro sanitario.

Aunque el agua que se vende a granel haya sido purificada, su manejo la expone a serios riesgos de contaminación perjudicial para la salud.

Definitivamente, hay que acabar con el descuido sanitario que hace posible todo este desorden.