Desde Italia hasta  los Estados Unidos  utopía versus realidad

Desde Italia hasta  los Estados Unidos  utopía versus realidad

MARTIN WOLF
 En la eurozona, la crisis fiscal está irrumpiendo en las costas de Italia. En E.U., el gobierno declara que huirá del financiamiento el mes que viene si el límite de deuda no se aumenta. Menos europeos que americanos creen que la falta de pago del sector público sea beneficiosa. Pero importantes europeos comparten la opinión con los republicanos de que todavía hay resultados peores. Para los renuentes europeos, la eurozona no debe ser una “unión de transferencia”. Para los recalcitrantes republicanos, los impuestos no deben ser elevados. “Fiat justitia, et pereat mundus”, que se haga justicia, incluso si el mundo perece, es el lema.

Las crisis fiscales que vemos son un legado de los excesos de deuda de los sectores público y privado de Occidente en las recientes décadas. Como nos dice el Instituto Global McKinsey en una actualización del último estudio del año pasado en relación con las consecuencias de la burbuja crediticia, es que se trata de la etapa prematura de un proceso doloroso de desapalancamiento en varias economías. “Si la historia es una guía”, denota el reporte del 2010, “esperaríamos muchos años de reducción de deuda en sectores específicos de algunas de las mayores economías del mundo, y este proceso ejercerá un arrastre significativo del crecimiento del producto interno bruto”. Eso es lo que está demostrando, con decepción casi en todos lados.

El vínculo es íntimo entre la deuda del sector público y el privado. En algunos países, notablemente Grecia, las facilidades de crédito llevaron a un aumento en el endeudamiento del sector público. En otros, notablemente en Italia, se motivó a los gobiernos a suavizar la atención a la reducción de deuda: su presupuesto fiscal primario se movió desde un superávit de un 6% del producto interno bruto en el 1997, antes de unirse a la unión monetaria, hasta un 0.6% en el 2005. En otros lugares, el fin repentino de los booms crediticios del sector privado guio directamente a colapsos en los ingresos del gobierno y a aumentos en el gasto público: E.U., Reino Unido, España e Irlanda son ejemplos.

Las explosiones de los déficits fiscales son principalmente el resultado de colapsos en la actividad y el ingreso antes que en los rescates bancarios. Pero la debilidad fiscal entonces desgasta los bancos, en parte porque los últimos mantienen grandes cantidades de deuda pública local y en parte también debido a que ellos dependen del apoyo fiscal. Los sectores público y privado están entrecruzados. La opinión de los halcones republicanos de E.U. y de los alemanes o halcones holandeses en Europa que la crisis tiene raíces fiscales, sólo es equivocada. Las facilidades crediticias terminan en crisis fiscales.

La evidencia de E.U. es sorprendente. Compare los pronósticos de los años fiscales 2010, 2011 y 2012 con los presupuestos presidenciales del 2008 y el 2012, el primero bajo George W. Bush poco antes de la crisis, y el segundo bajo Barack Obama mucho después de esta. El déficit del 2011 fue pronosticado en el 2008 que sería de sólo US$54 millardos (0.3% del PIB). Pero, en relación con el presupuesto del 2012, está pronosticado que será de US$1,645 millardos (10.9% del PIB). Un 58% de este aumento se debe a ingresos inesperadamente bajos y sólo de un 42% debido a un aumento en el gasto, ambos cambios mayormente se deben a la crisis financiera, no al modesto paquete de estímulo (cerca de un 6% del PIB).

La sorprendente característica de la posición fiscal federal es que los ingresos están pronosticados que serán un simple 14.4%. El impuesto sobre la renta individual está pronosticado que será un simple 6.3% del producto interno bruto en el 2011. El que no es americano no puede comprender de lo que trata tanto alboroto: en 1988, a finales del gobierno de Ronald Reagan, los recibos fueron de un 18.2% del PIB. Los ingresos fiscales tienen que aumentar sustancialmente si el déficit se reduce.

No es que sea urgente la lucha contra la posición fiscal de E.U. en un momento en que el desapalancamiento del sector privado es útil. E.U. es capaz de tomar prestado en términos fáciles, con los rendimientos sobre los bonos a diez años a un 3%, como predijeron los pocos que no estaban histéricos. El reto fiscal es a largo plazo, no inmediato. La decisión de no permitir que el gobierno tome prestado para financiar los programas que el Congreso ya ha mandado, sería una locura. Mientras el experto fiscal Bruce Bartlett, ha argumentado que la ley que requiere aprobación congresional de deuda extra puede ser incluso inconstitucional.

Sin embargo, sorprendentemente, muchos de los republicanos que se oponen a aumentar el límite de deuda en E.U. simplemente no desean frenar el gasto federal: entusiastamente ellos desean el impago. Aunque ellos no tienen idea de cuán profunda sería la crisis para la economía de su país y para la sociedad de un repudio de deuda legalmente contraída por su estado, o si ellos caen en la categoría de revolucionarios utópicos, haciendo caso omiso de todas las consecuencias. Mientras tanto, en Europa, felizmente, nadie cree que los impagos son buenos. Pero Europa está atrapada en su propio proyecto utópico; la moneda única. Así como los miembros del Partido Conservador odian pagar impuestos para aquellos que consideran indignos, así, también, los solventes europeos odian transferirse a lo que ellos consideran irresponsable.

Por desgracia, como muchos han pronosticado por mucho tiempo, lo que habría sido, en la ausencia de la unión monetaria, una crisis monetaria directa, ahora se ha transformado dentro de estas limitaciones en un agonizante acuerdo fiscal en crisis financiera. Aún peor, las extensiones sobre los bonos a diez años de España e Italia y sobre los bonos alemanes han alcanzado 328 y 296 puntos base, respectivamente.

En las economías de lento crecimiento con tasas de cambio real sobrevaluadas, estas extensiones comienzan a ser peligrosas. Si se hicieron y se mantuvieron, dice, 400 puntos base, la tasa de interés real sobre la deuda a largo plazo sería de un 5%. Estos países entonces serían lentamente cambiados de un buen equilibrio, con deuda manejable, a un mal equilibrio, con una deuda cerca de ser inmanejable. Italia, con la cuarta deuda pública más grande en el mundo, probablemente es demasiado grande de salvar: los mismos italianos deben dar los movimientos decisivos que se necesitan para restaurar la credibilidad fiscal. Eso, en cambio, requiere tanto una fuerte contracción así como de medidas para aumentar la tasa de crecimiento. ¿Puede esta combinación  ser manejada? Sólo con dificultad, es la respuesta.

Estos son tiempos peligrosos. E.U. puede estar al borde de cometer entre los mayores errores financieros menos necesarios en la historia mundial. La eurozona puede estar al borde de una crisis financiera de acuerdo fiscal que destruya no sólo la solvencia de países importantes, sino incluso la unión monetaria y, en el peor de los casos, gran parte del proyecto europeo. Estos tiempos requieren sabiduría y coraje entre los que están a cargo de nuestros asuntos. En E.U., los utópicos del derecho están buscando destruir el estado que emergió desde los años 30 y la Segunda Guerra Mundial. En Europa, los políticos están lidiando con el legado de un proyecto utópico que requiere un grado de solidaridad que su gente no siente. ¿De qué manera terminarán estos enfrentamientos entre la utopía y la realidad? A finales de agosto, cuando yo regrese de mis vacaciones, podremos saber al menos algunas de las respuestas.

Las claves

1.  Falta de pago

 Menos europeos que americanos creen que la falta de pago del sector público sea beneficiosa. Pero importantes europeos comparten la opinión con los republicanos de que todavía hay resultados peores.

 2.  Compara pronósticos

Compare los pronósticos de los años fiscales 2010, 2011 y 2012 con los presupuestos presidenciales del 2008 y el 2012.

 3.  Al borde crisis

La eurozona puede estar al borde de una crisis financiera  que destruya no sólo la solvencia de países, sino la unión monetaria.

VERSIÓN AL ESPAÑOL DE ROSANNA CAPELLA

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