Desde los principios de la coexistencia pacífica a la iniciativa de civilización global

Desde los principios de la coexistencia pacífica a la iniciativa de civilización global

Eduardo Klinger Pevida

Ese celebró en Beijing la conmemoración del 70 aniversario de la proclamación de los principios de la coexistencia pacífica a la que asistieron cientos de líderes mundiales, ministros y especialistas internacionalistas. En 1954 India y China propusieron cinco principios para evitar una conflagración mundial, a saber: respeto a la soberanía e integridad territorial de cada país; no agresión; no injerencia en asuntos internos de otros Estados; igualdad en las relaciones y beneficio mutuo. Representaban y representan el espíritu de convivencia universal en la que ninguna nación debía pretender imponer su hegemonía sobre otras. Pisoteados e ignorados por algunos hoy día siguen teniendo vigencia y, más que nunca, urge su recuperación y restitución para evitar la hecatombe global que nos amenaza.

Empecé mi ponencia recordando aquella angustia infantil que sentí un amanecer de octubre de 1962 cuando al despertar oí que Fidel Castro había declarado al país en “pie de guerra” y el mundo se encontraba al borde de la conflagración nuclear. Kennedy y Jrushchov se amenazaron, pero conciliaron comprendiendo que ambos eran demasiado poderosos y provocarían la destrucción mutua. Sendos poderíos nucleares mantuvieron el equilibrio estratégico que, durante la Guerra Fría, preservaron la OTAN y el Pacto de Varsovia liderado por la URSS. Desaparecido aquel mundo socialista la OTAN sintió sus manos libres para, sin negociaciones, bombardear criminalmente a Serbia y, violándolo todo, le arrebató la provincia de Kosovo para proclamar un nuevo país que aun, 30 años después, reconociendo el quebranto del derecho internacional, mas de 100 naciones no reconocen.

Pisoteando los principios de la coexistencia pacífica aspiran a fragmentar a China y Rusia para debilitarlas y desarmarlas. Del legítimo reclamo chino de unificar al país sin injerencias externas han hecho un peligro de guerra. Urge recuperar los principios de la coexistencia pacifica y el respeto al derecho internacional junto al multilateralismo encarnado en la ONU con su urgente reforma. Mal que pese Xi Jinping, que inauguró la conferencia, es el único entre los principales “estadistas” mundiales que presenta insistentemente propuestas que garanticen la paz mundial. Su Iniciativa para un Desarrollo Global con alcance a todos refleja que sin desarrollo inclusivo no puede haber paz; la de Seguridad Global recuerda que la seguridad debe ser para todos y su Iniciativa para una Civilización Global presenta el escenario para una verdadera convivencia para todos sin aspiraciones hegemónicas.