DESDE LOS TEJADOS
Comienzo de año escolar: meditación

<STRONG>DESDE LOS TEJADOS<BR></STRONG>Comienzo de año escolar: meditación

Los jóvenes crecen todo el tiempo, pero durante el año escolar ese crecer se intensifica. Igual sucede en el Evangelio de hoy (Mateo 16, 21 – 22). Jesús iba formando a sus discípulos, pero hubo un momento en que les explicó claramente, cómo en Jerusalén iba a padecer el rechazo de las autoridades y cómo sería ejecutado. También les expresó su confianza en la lealtad del Padre más fuerte que la muerte.

Ante esa declaración, Pedro se lo llevó aparte y lo increpó: ¡Que no te pase nada de eso!  Entonces Jesús le dio uno de los mayores boches en los Evangelios: “¡Quítate de mi vista Satanás, que me haces tropezar; tú piensas como los hombres, no como Dios!” Y apuntó, “El que quiera venir conmigo, que se niegue a sí mismo, que cargue con su cruz y me siga.”

Los jóvenes de hoy en día son más sinceros y espontáneos que los de los sesentas. Aman la sencillez, la naturaleza y la música. Todo lo hacen en bandadas, como si fueran los gorriones dueños de dos almendros en el Recinto de la PUCMM. Ahora picotean en chercha sobre las mesas, luego saltan a unas ramas y discuten ruidosos y sin reloj, sus experiencias y planes.

Pero a muchos jóvenes y adultos les falta la seriedad para aceptar los sacrificios que conllevan sus proyectos. Andan buscando la varita mágica para graduarse sin estudiar o enriquecerse a vapor. Cherchan durante semanas y luego quieren embotellarse cada materia en una amanecida antes del parcial.

Estudiantes y adultos necesitamos la verdad: este país sólo saldrá de su pobreza echándonos al hombro cada día la cruz del orden, la justicia, la convivencia responsable, la participación ciudadana solidaria, y las decisiones acertadas, fruto de las competencias adquiridas con estudio, sangre, sudor y lágrimas.

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