DESDE LOS TEJADOS
Militar en el bando de Dios

<STRONG>DESDE LOS TEJADOS<BR></STRONG>Militar en el bando de Dios

Es de humanos el sacralizar la posición propia. En el Medio Oriente actual, varios bandos visten la camiseta de “dios”. Los católicos, en múltiples ocasiones, hemos sabido con certeza, quién debía ser condenado.

Pero el incómodo Jesús de los Evangelios siempre quiebra nuestros esquemas excluyentes.  Todo el mundo quiere actuar en nombre del absoluto, llámese Dios, o el último líder que tiene la historia agarrada por las alas como si fuera un pollo, el mercado, o el Partido Comunista. Para nosotros los cristianos, el absoluto se revela en Jesús. Leyendo el Evangelio de hoy, Lucas 19, 1 – 10, podemos preguntarnos: ¿qué clase de Dios revela Jesús?

Jesús toma la iniciativa y se invita ese mismo día a casa de Zaqueo, jefe de cobradores de impuestos, sospechosamente rico: “Zaqueo, baja enseguida, porque hoy tengo que alojarme en tu casa”.

Jesús le rompe el esquema  a los justos y patrióticos judíos, quienes exclaman escandalizados: “Ha entrado a hospedarse en casa de un pecador”.

La amistad de Jesús toca el corazón de Zaqueo. Él declaró, de pie: “Señor, doy la mitad de mis bienes a los pobres, y si de alguno me he aprovechado, le restituiré cuatro veces más”.

Jesús nos enseña: “Hoy ha sido la salvación de esta casa, también éste es hijo de Abraham. Porque el Hijo del hombre ha venido a buscar y a salvar lo que estaba perdido”.

Quien siga a Jesús, no encontrará ningún motivo para odiar o actuar violentamente contra nadie. Seguir al Maestro compromete con una salvación que incluye a los perdidos.

¿Qué República Dominicana se levantaría,  si un liderazgo creíble pudiera convocarnos a todos para sembrarla, organizarla y transparentarla? El futuro de este país pobre se juega en lograr un consenso incluyente y certero. ¡Aquí todas las manos son necesarias!

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