DESDE LOS TEJADOS
Un evangelizador llamado Jesús

<STRONG data-src=https://hoy.com.do/wp-content/uploads/2010/07/811B6F24-BD31-4DF8-8E5E-EDAC67C3CA06.jpeg?x22434 decoding=async data-eio-rwidth=291 data-eio-rheight=390><noscript><img
style=

Desde hace décadas, los bautizados de todas las Américas son llamados a evangelizar.    Algunos se sorprenden, otros creen que antes es necesario un largo período de preparación. Pero, ¿cómo actuó el primer evangelizador, Jesús de Nazaret?

En el  evangelio de hoy (Lucas 10, 1 – 12)  leemos: “designó el Señor otros setenta y dos y los mandó por delante, de dos en dos, a todos los pueblos y lugares adonde pensaba ir él”.

Aquí se aprecian dos puntos: primero, a juzgar por los avisos elementales que Jesús les da a los que va a enviar, ¡esa gente no estaba preparada! Y segundo, no fueron enviados, por lo malo que estaba el mundo, sino porque ya había mucha gente lista para recibir la Buena Noticia, “la mies es abundante y los obreros pocos.”  Hoy también, hay tanta gente dispuesta a ser cosechada por el Señor, ¡que faltan los brazos!

   Los avisos de Jesús a aquel grupo siguen siendo válidos para todos los evangelizadores de hoy en día. Parafraseando el Evangelio, resumo las palabras de Jesús de esta manera:

–He sido yo quien les ha designado  para esa tarea. Ni ustedes, ni su auto engrandecimiento son el propósito de su misión. Lo que cuenta es que por donde ustedes vayan, luego pasaré yo mismo. No sean ingenuos, son enviados “como ovejas en medio de lobos”. No se apoyen en el poder que da el dinero (carteras, mochilas) ni los instrumentos (sandalias), no se distraigan. Vivimos en un mundo violento, en permanente conflicto a todos los niveles, comuniquen su deseo de paz a todos. Si su paz no es recibida “se volverá a ustedes”, la paz nunca pierde, ni se pierde. Ahonden en las relaciones en la casa donde les reciban, “no anden cambiando de casa en casa” tal vez, buscando mejores platos. Déjense querer.  Incluso a la gente que no les quiera recibir anúncienles  “esta cerca el Reino de Dios”.

   El Evangelio narra cómo los discípulos regresaron contentos. Los demonios, los poderes que impiden el pleno desarrollo humano, eran sometidos por el nombre de Jesús.

   Todavía, Jesús libra a sus misioneros novatos de evaluaciones falsas: no se alegren de que los demonios se les someten, alégrense porque esa misión desempeñada los ha colocado del lado de lo definitivo, “sus nombres están escritos en el cielo”.

Publicaciones Relacionadas

Más leídas