POR DAYSI MÉNDEZ
Cuando se es niño ó adolescente  siempre es bueno recibir consejos de  los más experimentados y llevarlos al pie de la letra,  pero de adultos  las decisiones ha tomar deben basarse en los criterios forjados durante el tiempo vivido. 

Para los que estamos en esta etapa no nos resulta  raro encontrar personas que  a diario nos aconsejan  qué y cómo debemos actuar  en  determinadas circunstancias de nuestras vidas, o peor aún cómo debemos vivir la vida.   

Muchas veces esos consejos vienen de  familiares o amigos que ni siquiera tienen una  vida debidamente establecida,  justo entonces quieren  “organizar”  las nuestras. 

Con esto no quiero decir que  los criterios y puntos de vista de los demás nunca deban escucharse,  lo que sí debemos es determinar si el consejo viene para que nos sirva de ejemplo, para no repetir los errores cometidos o para que simplemente asimilemos unilateralmente que  nuestra forma de vivir es incorrecta. 

Cada momento que vivimos  es único y debemos aprovecharlo al máximo y  de la mejor manera, con el criterio claro de que el propósito de nuestra existencia  es  Ser  Felices, sin dañar a otros.

El modo que elijamos para ello debemos determinarlo nosotros, puedo ser feliz bailando,  leyendo, en la iglesia, en la casa, no importa cómo,  sino saber elegir vivir como nos gusta, como se es  feliz.  Vivir a nuestra manera.

No hay armonía, cuando todos cantan la misma nota.

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