Lo que posibilitó que el hombre derribara los misterios que le circundaban fue su capacidad para refundir sus más importantes instancias cognoscitivas. La capacidad para la palabra, para develar los códigos gestuales y, sobre todo, la maravillosa aptitud para sincronizar su cuerpo a partir de la danza, le permitió al hombre ascender a su eterna condición de sujeto generador de la historia. Todas las culturas conocidas han realizado aportes significativos a esa herencia ancestral que ha servido para moldear la conciencia de los hombres y de las naciones. Cada una de ellas supo impartir un giro, una variable que le permitió proyectase a través del tiempo. Desde los inicios formales de la actividad teatral en la antigua Grecia hasta nuestros días, cada uno de los hombres y de las mujeres que han participado de su magia, intentan dejar grabada sus huellas en el subconsciente de los pueblos. Estamos viviendo un nuevo Festival de Teatro, organizado por el Ministerio de Cultura, que se proyecta a comunidades del interior, y nos sentimos herederos de la más pura tradición teatral, porque surge en nuestros teatristas en los amantes de este arte de la escena, el festivo espíritu pagano que albergaba el festival de Dionisios, y la sagrada presencia que en la Edad Media visualizaba a un Cristo lleno de religioso fervor en dramatizaciones de la pasión. ¡Oh perenne contraste el del Teatro!   Presente  desde aquella “Octava de Corpus Christie”, conocida como el  “Entremés de Llerena”, presentado un 23 de junio de 1588, en el atrio de nuestra catedral, el teatro ha sido  una realidad palpable, en nuestro devenir histórico,  instrumento además, para despertar conciencias, utilizado por nuestro patricio Juan Pablo Duarte en su lucha libertaria. El Festival de Teatro es pues una verdadera fiesta del espíritu, numerosas compañías y grupos teatrales participan en este evento llevando cada una  su propuesta, y  desplazándose  más allá de la propia escena teatral, toman plazas y calles, seguidos por  un público numeroso y  visiblemente emocionado.