A Emelda Ramos, con aprecio
Recientemente concluí las lecturas de los libros: Utopía, del clásico escritor Tomás Moro, y Elogio de la Locura, este último de la autoría de Erasmo de Róterdam.
El primero es un texto al que por su intensidad y calidad literaria recomendé a todos mis amigos y contactos, pues de una “sola sentada” leí todo su contenido ya que al igual que en Elogio de la Locura, me sentí atrapado desde sus páginas iniciales, lo que provocó me envolviera dentro de las argumentaciones de sus autores.
Utopía: Este es un libro envolvente. Sus páginas desde el inicio hasta el punto final contienen un tipo de encantamiento que por momentos y por breves segundos nos parecen milenarios.
El texto cuya primera impresión data del año 1516 nos transporta hasta esa utópica ciudad fundada por Utopo, y que según el juego literario de su autor, es la localidad perfecta para que el ser humano alcance su plenitud; de ahí el término Utopía.
Además de la multivocidad y la magia de sus lugares, sus gentes, su manera de ver la vida ante tantas bellezas que el autor siembra en nuestro subconsciente, el mismo se convierte en todo un océano de riqueza y fantasía para el imaginario de todos aquellos que nos hemos aventurado a su lectura, pero sobre todo, esta es una obra eminentemente política por lo que allí se vive y la manera de cómo están distribuidas sus riquezas.
En Utopía sus habitantes no tienen el más mínimo sentimiento de rencor, pues su sistema educativo y su desprendimiento para ver sus patrimonios materiales que hay en dicha ciudad, son de los elementos claves que es justo analizar en cada trozo de sus páginas.
Utopo, constructor de dicha metrópoli, fue un individuo que según el autor de la presente obra, poseía la suficiente inteligencia emocional como para que sus gentes vivan sus vidas apegadas a los sentimientos puros, a la sanidad espiritual que todo ser humano debe tener para alcanzar en su justa medida la felicidad y esa paz interior tan necesaria en estos momentos de tantas turbulencias.
Pienso que además de otros factores, esta obra también influyó para que en 1534, al negarse Tomás Moro a la firma del “Acta de Supremacía” la cual representaba un repudio a la hegemonía papal de la época, fue que el 17 de abril de dicho año, este notable intelectual fuera encarcelado y finalmente decapitado pero el 6 de julio de 1535.
Elogio de la Locura
Elogio de la locura o Alabanza de la estupidez (1511), escrito por Erasmo de Róterdam, (ambos un regalo de mi hermano Romeo), es un libro de mucha importancia para que el individuo que se interese por él mismo y desee aprender un poco más sobre la filosofía de la vida debe de leer.
Al igual que el primero este es muy breve, de apenas 107 páginas en donde encontramos todo un manjar de sabiduría, y además, de conocimientos sobre el mundo de la mitología, la religión, la estupidez…..
También encontramos entre sus páginas las recomendaciones de su autor para que el hombre pueda tener una correcta manera de comportarse ante la vida, tomando como parámetros aquellos elementos básicos que nos puedan resultar de mucha importancia cuando tras la búsqueda de la paz interior y el desarrollo integral se anda.
Todo esto claro está, desde el punto de vista de lo que es el proceder y atendiendo al buen deseo del individuo para la sanación de su yo interior, al lograr establecer un correcto maridaje entre la inteligencia, la habilidad y la sabiduría, esto así como método de mucha importancia para la búsqueda de la felicidad, sin importar lo que digan aquellos que en cada esquina de la vida murmuran o nos hacen víctimas de sus malsanas críticas.