Dése un baño de caricias anti estrés

Dése un baño de caricias anti estrés

De todos los métodos para aliviar o reducir el estrés excesivo, probablemente el más original y placentero sea el ideado por un grupo de terapeutas que se autodenominan “cosquillólogas”: acariciar el cuerpo suavemente con plumas y envolver los sentidos de la persona en sensaciones relajantes.

¿Quién podría resistirse a una experiencia de este tipo, en la que -según sus creadoras- se viven momentos de desconexión total, experiencia envolvente, relax absoluto, toma de consciencia de uno mismo y de cada centímetro del cuerpo…?

Estos “momentos” son los tratamientos anti-estrés que proporciona el autodenominado “primer centro del mundo de cosquillas relajantes” a quienes necesiten bajar el ritmo y respirar.

“Las suaves caricias, esos mimos que se buscan para sentirse bien, se han convertido en una terapia para olvidarse de todo por un rato, siendo consciente de cada terminación nerviosa del cuerpo y del momento presente”, señala Esther Sáez de Argandoña, masajista y propietaria de Cosquillearte en Vitoria-Gasteiz.

Disfruta consciente. Según Sáez, “las manos expertas de las ‘cosquillólogas’ van recorriendo, poco a poco, brazos, cuello, cabeza, espalda, piernas y pies, estimulando los receptores táctiles de su dermis, con lo que el cuerpo segrega endorfinas, que generan gratas sensaciones mentales y físicas, además de ayudar a reducir el estrés e incluso a liberar la mente”.

El tratamiento, de una hora de duración, comienza con diez minutos de meditación “mindfulness”, en la que la persona se hace consciente de lo que sucede en su cuerpo y mente “aquí y ahora”, lo cual, según Sáez “le ayuda a encontrarse consigo misma, a controlar la respiración y preparar el cuerpo para la relajación física posterior”.

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