Plásticos de todo tipo, principalmente vasos, platos y botellas, así como pedazos de esponja, latas, palos y entre otros desechos invaden el litoral Sur de Santo Domingo, sobre todo entre el obelisco hembra y la avenida Máximo Gómez.
Los desperdicios son lanzados por las olas del mar que los recibe de los ríos Ozama e Isabela, luego que estas dos corrientes recorren los barrios de la zona Norte del Distrito Nacional y de Santo Domingo Este.
Al inicio, justo donde el Ayuntamiento del Distrito Nacional construye la Plaza Guibia, hay una gran acumulación de basura echada hacia fuera por el mar, como si siquiera advertir a las autoridades sobre la contaminación ambiental de que es objeto.
Otro gran vertedero está en el litoral Sur, pero del lado donde inicia la Palo Hincado, por lo que las autoridades municipales y nacionales deberán emprender acciones urgentes.
La basura se produce a pesar de las jornadas de limpieza que en ocasiones auspician instituciones como el ADN, Medio Ambiente y empresas privadas, sobre todo aquellas ligada al área turísticas.
Donde más desechos se observó fue en la playita, frente a la calle Palo Hincado, detrás del llamado obelisco hembra, donde necesitará de una gran jornada de limpieza para poder retirarlos.
También detrás de plaza Guibia, donde comienza la avenida Máximo Gómez, así como en los arrecifes, detrás de la plaza Juan Barón, fueron vistas toneladas de sólidos incrustadas entre las rocas y concretos.
Juan Antonio Suero Fernández, encargado por la Marina de Guerra para la limpieza del Ozama, sobre todo próximo a la desembocadura, dijo que trabajan afanosamente para sacar lilas y desechos antes que entren al mar.
Cree que mientras miles de familias vivan en las márgenes de los ríos Ozama e Isabela, no será posible sanar el litoral Sur.
Considera que la solución al problema es reubicar los habitantes en otro lugar donde no contaminen.
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En el flotante
Juan Antonio Suero Fernández, de la Dirección de Dragas y Presa de la Marina de Guerra, explicó que el puente flotante fue abierto a raíz del paso del huracán Irene para evitar que las aguas se represaran e inundaran los barrios La Ciénaga y otros próximo al caudal. A pesar que el puente fue abierto no fue posible retirar los desechos que se acumularon en un lado donde había palos y otros objetos que impedía la utilización de un aparato para retirarlos. Esperan limpiar el área del flotante a más tardar mañana, ya que llevan cuatro días en esa labor.