Desempeño de la economía alemana

Desempeño de la economía alemana

Recientes indicadores macroeconómicos muestran que la actual profundidad de la crisis europea  ha sido la peor desde los años 30 del siglo pasado, hundiendo la producción industrial a los niveles de principios de los 90 y dejando sin empleo a 23 millones de europeos.

Así, el Producto Interno Bruto (PIB) de Alemania, con la economía líder de Europa, se redujo en un 5% en 2009, el peor resultado desde que terminó la Segunda Guerra Mundial. Sin embargo, expertos constatan que su economía sobrevivió la crisis y se va recuperando gracias al aumento de las exportaciones. Se espera que el PIB crezca 1.5% este año y que a ese crecimiento contribuya una ayuda financiera por parte del Estado ascendente a más de 20 mil millones de euros. El gobierno alemán tiene la esperanza de que con estos beneficios fiscales, junto al generoso plan de renovación de automóviles, los subsidios al desempleo y el efecto de las recientes reformas fiscales, se pueda compensar la demanda agregada, al buscar incentivar la inversión y el consumo interno.

Alemania es la economía más importante de la Unión Europea (UE), aporta el 21% del Producto Interior Bruto (PIB) de la región. Alemania se cuenta entre los países industrializados más avanzados del mundo y es la tercera economía nacional más importante, solo precedida por los Estados Unidos de Norteamérica y Japón. La industria representa el 87% de las exportaciones totales (2006) y, por tanto, es el motor del comercio exterior. Los principales ramos industriales son la automoción, la electrónica, la ingeniería mecánica y la industria química. Con 82.3 millones de habitantes, Alemania es también el mercado de mayor tamaño y mayor peso específico de la UE.

En 2009, el PIB se elevó a 3,235.5 millones de dólares, lo cual equivale a 39,442 dólares per cápita. Este rendimiento se basa sobre todo en el comercio con el exterior. Con un volumen de exportación de 1.46 millones de dólares, equivalente a un tercio del PIB, Alemania es la primera potencia exportadora del mundo. Más de uno de cada cuatro euros se gana la vida en la exportación de bienes y servicios y más de uno de cada cinco puestos de trabajo depende del comercio exterior.

El desempeño.  Pero el mayor problema de Alemania es que durante la última década ha cargado con un excesivo déficit fiscal, producto de las malas políticas públicas de la coalición de gobierno. Desde la caída del Muro de Berlín, el gobierno alemán inició una serie de transferencias hacia Alemania Oriental, que fueron financiadas con endeudamiento público. Por ello, el déficit fiscal ha representado uno de los valores más altos en la historia alemana, motivando  intentos de la UE por ejercer sanciones sobre este país, dentro del marco del Tratado de Maastricht que estableció un límite de 3% de déficit fiscal para sus países miembros. La principal razón del incremento del déficit fiscal lo fue la variación de la recaudación fiscal proveniente de los impuestos. El comportamiento de los gastos también jugó un rol importante en la evolución del presupuesto fiscal. La razón entre el gasto y el PIB había crecido rápidamente después de la reunificación (casi hasta 50%), aunque hacia la segunda mitad de la década de los noventa ésta comenzó a decrecer.

El Pacto Europeo de Estabilidad y Crecimiento, suscrito por los miembros de la UE en 1997 estableció que el déficit fiscal de las naciones del conglomerado europeo no podría superar al 3% del PIB, a la vez que la deuda pública debía ser menor al 60% del PIB. A pesar de haber sido uno de los principales promotores del acuerdo, Alemania en su momento no logró el estándar exigido y presentó un déficit fiscal de 3.8% y un nivel de deuda pública de 60.3% del PIB. El país no fue capaz de cumplir con este acuerdo sino hasta 2005. El déficit fiscal alcanzado en 2009 (4% del PIB), ha sido superado tres veces en la historia de Alemania, en los años 2003, 1975 y 1981.

La violación del tratado provocó ciertas dudas con respecto a la capacidad de la UE de hacer cumplir los acuerdos pactados. Pero, más importante aún, el enorme déficit fiscal acumulado durante los últimos años ha dejado en evidencia la necesidad por parte del gobierno alemán de emprender las reformas necesarias para lograr un equilibrio en el balance fiscal y una estabilidad económica en el mediano plazo que asegure las bases de un crecimiento económico sostenible. La reducción del PIB alemán indicó un claro estancamiento de su economía, el cual ha ocasionado que actualmente se pierda el nivel de confianza de los consumidores y que el consumo privado no haya podido aun contribuir a sostener el crecimiento económico. Pese a sus altibajos y a las recientes turbulencias financieras de la economía mundial, la economía alemana ha demostrado una gran capacidad de resistencia.

La no existencia de una burbuja inmobiliaria en el país, la baja dependencia del crédito como forma de financiamiento por parte de las empresas y la relativamente baja relación comercial con EU (dirigiendo menos de un 9% de sus exportaciones) son factores que han logrado dar cierta protección a su economía. Una de las principales razones de este crecimiento y uno de los puntales de la economía alemana ha sido el sector exportador y la inversión en capital fijo. De hecho, el reciente crecimiento económico, fruto de impulsos tanto internos como externos, ha llevado aparejado un descenso del desempleo, hoy con la cifra más baja desde 1992. Básicamente, entre  los factores determinantes de esta evolución positiva, se destaca la orientación y el manejo de la política económica, la reducción en los costes no salariales, la mayor flexibilización del mercado laboral y el recorte de la burocracia.

Perspectivas.  Alemania es la economía más potente de Europa y, por tanto, la que más compra. Gran parte de los países europeos tienen como principal cliente a Alemania. También es una máquina de producir y vender, dos pilares que han vuelto a fortalecerse. Las exportaciones alemanas han venido aumentando y algunos indicadores muestran una activación del consumo. Por ello, el Banco Central alemán (Bundesbank), prevé una reanudación del proceso de recuperación económica del país. Prevé que la economía alemana registrará un crecimiento como máximo de 1.5% en 2010, sin superar tampoco ese 2% en 2011. Este dato preocupa tanto a Europa Central, cuyo principal mercado es Alemania, como a la eurozona, que mantenía la esperanza de que su principal economía le guiara en la senda de la recuperación. 

Alemania, que cuenta con un enorme abanico de producción industrial con sectores tan destacados como el automóvil, los aparatos de precisión, los equipos electrónicos y las telecomunicaciones, ha basado su recuperación en lo que ellos son fuertes, en las exportaciones. La duda es que si bien este modelo exportador esté dando sus frutos, aun es demasiado pronto para interpretarlas como una señal de que Alemania ha recuperado su lugar como nación exportadora por excelencia. Sobre todo, después de que China parece querer arrebatarle su gran liderazgo mundial. Hoy, la gente confía en un Gobierno que va a animar la inversión privada y que ofrecerá una nueva confianza a los empresarios. Pero un reto importante que tiene por delante el nuevo gobierno está relacionado con el déficit público de un 4.16% en 2009, después de un presupuesto equilibrado en 2007 y 2008.  

La cifra

2.08 por ciento.  Fue la tasa de crecimiento promedio de la economía alemana entre  1989-2009. Hoy Alemania ocupa el primer lugar en  ranking de los mayores exportadores del mundo con  el 9.2% de la economía mundial.

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El éxito económico

Debido a su genuina orientación exportadora, el éxito de la economía Alemania está sustentado en el interés de promover la existencia de mercados abiertos. Sus principales socios comerciales son Francia, los E U y el Reino Unido. Así, desde las ampliaciones de la Unión Europea (2004 y 2007), se constata un fuerte incremento del comercio con los estados miembros de Europa Central y Oriental (más del 10% de las exportaciones totales). Ha aumentado de forma constante la importancia de las relaciones comerciales y económicas con China, la India y otros países emergentes de Asia. Las exportaciones alemanas a la región se han triplicado, al pasar de  33 millardos  euros en 1993, a más de 150 en la actualidad.

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